Las combinadas cuentan historias muy largas durante fines de semanas en los que comparten pista con concursos de seis intentos y carreras de apenas 10 segundos. Las siete pruebas femeninas y diez masculinas son una prueba en la que llegar al destino es un premio, con una motivación accesoria de la puntuación. La montaña rusa de emociones en un heptatlón (y en una temporada, o en una carrera) la ha experimentado de lleno María Vicente este fin de semana. Final feliz, eso sí. La catalana se volvió a proclamar campeona de España y estuvo muy cerca de mejorar su plusmarca.

No es sencillo concebir un récord de España de María Vicente sin unas buenas vallas, pero tuvo complicaciones con el octavo y el décimo obstáculo. Tampoco es fácil de imaginar un récord de heptatlón suyo sin una longitud de muchos puntos, pero (complicaciones físicas mediante) se le resistió la barrera de los seis metros. Aun así, la reina de las combinadas sacó la cabeza por encima del agua sacando puntos por los rincones de otras pruebas para poder seguir la estela a sus 6.304 puntos que marcan aún la mejor combinada de la historia del país.

Al final fueron solo nueve puntos. Tras alcanzar una nueva dimensión en la altura el viernes volando sobre 1,80m por primera vez, una brillante jabalina (48,23m) para cerrar la mañana del sábado le dejó a una marca personal por dos segundos en el 800m de hacer un nuevo récord. Y qué cerca estuvo. María Vicente cabeceó en la recta final para luchar contra su marca y registró un nuevo récord personal en la prueba definitiva (2:13,83), aunque seis décimas por debajo de lo necesario para alcanzar los 6.304pts.

Más allá de la marca, 6295 (nuevo récord de los campeonatos) las sensaciones fueron muy buenas para ella. "Feliz, satisfecha y agradecida. Muy contenta de haber terminado y con tan buenas sensaciones en el temido 800m. Y con ganas de volver a la pista y volver a entrenar. Sé que soy capaz de mucho más. Sé que solo me hace falta regularidad en los entrenamientos". Su lema del año, dice, es "Vamos con todo". Aplicado a este heptatlón, la razón por la que lanzó 48 metros en la jabalina pese a tener molestias en el hombro: "Quizá la mala longitud me ha hecho pensar un poco que hay que ir con todo, que si me dejo el hombro pues me lo dejo".

Hace ya un año y medio de su ruptura del tendón de Aquiles en la altura durante el Mundial de Glasgow en pista cubierta. Al final de un largo camino desde aquellas lágrimas y el desconsuelo en Escocia, se ofrece un desenlace dulce en forma del Mundial al aire libre de Tokio del mes de septiembre. En el mar de confusiones que es el sistema de ranking de World Athletics y sus puntos, la catalana mantiene vivo el sueño de acceder a la cita mundialista y encumbrar en Japón un regreso ideal que ya prometía bonito con sus con marcas personales en 200m y 800m y el casi récord nacional en Gotzis. "Son fechas de muchas horas en el Road To Tokyo, no sé qué pasará. He hecho todo lo que tenía y estoy satisfecha. No sé si será suficiente, pero es lo que hay. Si voy, feliz. Y si no, no tan feliz, pero así puedo empezar una pretemporada tranquila".

La plata en el heptatlón llegó, de la mano de una gran marca redonda de 6.000 puntos, al bolsillo de Sofía Cosculluela, en Tarragona con un resultado final de 7768 puntos. Completó el podio Andrea Medina (5.807), que igualó su marca en la altura y perdió el ritmo de la plata en los lanzamientos.

En categoría masculina, en el decatlón, dominio y quinto oro para Jorge Ureña. El de Onil hizo marca del año en seis de las diez pruebas e igualó su mejor registro en la pértiga con 5,10 metros para un resultado acumulado de 8075 puntos, mejor marca nacional de la temporada.

Andreu Boix asaltó el podio y se colgó la plata con una marca de 7835 puntos y una gran longitud con 7,35 metros. Entró en meta del 800m junto a su compañero de podio, Pol Ferrer, que acusó un día flojo en los lanzamientos y se colgó el bronce en Tarragona con un resultado final de 7768 puntos.

Headshot of Álvaro García

 Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.

Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura.  Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.

Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.

Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.

Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.