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Hace poco más de un año, entre el 10 de junio y el 13 de julio de 2021, Mohammed Katir irrumpió con fuerza en el panorama atlético Entrenador del mes (1.500, 3.000 y 5.000m) en apenas 33 días. Trece meses después, el corredor murciano vive su verano soñado con dos medallas, una de bronce en 1.500 en el Mundial de Eugene (Estados Unidos) y otra en el Europeo de Múnich (Alemania) en 5.000.
Múnich, y su grandioso Estadio Olímpico, ya forman parte de la historia personal de Mohammed Katir, igual que antes lo fueron ciudades como Florencia, Oslo y Londres, dónde batió sus tres récords nacionales en pruebas de la Liga de Diamante. También Eugene, dónde este año se colgó un bronce en 1.500 que supuso la primera medalla española en la distancia en un Mundial desde 1999.
Katir (Alcazarquivir, Marruecos; 1988) es una de las estrellas del atletismo español. Su descaro y atrevimiento corriendo, unido a la confianza que transmite en cada competición, ha provocado que en los últimos tiempos su irrupción haya despertado mucha ilusión entre los aficionados españoles, que ven en él a un corredor que puede marcar época.
Katir vivió en Huesca de pequeño, pero desde los cinco años reside en la localidad murciana de Mula. Está muy apegado a su familia y a su pueblo. Tiene unos valores firmes y los objetivos los tiene claros. Sabe que la confianza es clave para el progreso y por ello no duda de sí mismo.
Su salto al estrellato ha estado sembrado, en alguna ocasión, de críticas por su procedencia, algo que, según dice, no le afecta. "Me siento 100% español. He crecido y estudiado aquí, he pasado toda mi vida aquí, mi carrera como atleta se ha forjado aquí. Quiero competir como español y sólo como español. Las medallas que gano se las dedicó a mi familia y también a los aficionados españoles', confiesa.
En Mula, tras probar con el fútbol, un deporte que nunca le apasionó practicar, lo descubrió Cristóbal Carlos Ramírez, que tenía un club de atletismo, el Mula Sport. Lo hizo en una carrera de colegios. Comenzó a practicarlo sin demasiadas pretensiones y, con once años, ya ganó a otros chicos de edades superiores que estaban federados.
El atletismo se convirtió poco a poco en su mayor pasatiempo pero también en un deporte en el que mostrar todas sus cualidades. En noviembre de 2019 obtuvo la nacionalidad y ahora, con 24 años, es uno de los grandes nombres del deporte español.
En los Juegos Olímpicos de Tokio, a los que llegó con mucha confianza, concluyó octavo, llevándose un diploma, y unos meses después, batiendo tres plusmarcas nacionales, de 10 kilómetros, una distancia que no parecía acorde a sus cualidades, ganó con mucha solvencia, algo que no conseguía un atleta español desde 2003.
Este verano, Katir está saboreando las mieles del éxito. Lo advirtió en Eugene, tras el bronce mundial. "Kiplimo vuela en la Media de Buenos Aires". La nueva página del libro la ha escrito en Múnich. El siguiente capítulo, aún por definir, comenzará a escribirse en los próximos meses tras un merecido descanso.