Hace poco más de un año, Kevin Mayer sonreía. Un mes después de cometer tres imperdonables nulos en la longitud del Europeo de Berlín, un domingo en Talence (Francia), horas después de que Eliud Kipchoge batiera el récord mundial de maratón en la misma capital alemana en la que él falló, reclamó su protagonismo con la segunda plusmarca del día: 9.126 puntos en decatlón, la prueba de los superatletas.
El francés apenas dejaba tiempo para el resposo al legado del estadounidense Ashton Eaton, el último gran dominador de las combinadas. En 2017, Mayer ganaba el mundial, en 2018 ya tenía la mejor marca de la historia...pero en 2019 la vida no es tan bella. Renunció al Europeo en pista cubierta y permitió al español Jorge Ureña disfrutar el oro en pequeño formato. En junio volvió a Talence, pero se retiró después de la tercera prueba, porque no estaba bien. Era el sexto que no acababa de sus últimos diez.
Hasta Doha, los problemas físicos le han impedido completar una combinada, aunque en el Mitin de París, a finales de agosto, un novedoso triatlón le hizo brillar lanzando, por ejemplo, más de 17m en peso. A pesar de sus problemas en la rodilla derecha, parecía preparado para el Mundial. Sin embargo, la competición se fue torciendo. Empezó bien: 10.50s en 100m, 7,56m en longitud, 16,82m en peso...pero falló en altura, donde se quedó a 10 centímetros de su marca (1,99m), y se quedó en 48,99s en los 400m.
Un subidón en el disco
Durmió la primera noche en el tercer lugar. En la tarde del segundo día completó los 110 metros vallas en 13,87s y cedió aún más ventaja con el canadiense Damien Warner. Los isquiotibiales le estaban castigando y en el poco descanso antes del disco pasó por la camilla del fisioterapeuta, que le sometió a un tratamiento de estroestimulación y en el círculo el francés volvió a gritar. Mandó el artefacto a 48,36m y se encaramó por fin a la cabeza de la clasificación general.
Quizá por eso fue especialmente doloroso lo que sucedió en la octava prueba, pértiga, un momento que no admite atajos en las combinadas. Mayer, que se veía cerca de un oro muy sufrido, lo intentó dos veces con la pierna vendada en 4,60m, una altura asequible para él, pero durante las dos carreras su cuerpo crujía, incapaz de alcanzar la velocidad necesaria para batir. Entre lágrimas, abandonó. No ha sido el año del atleta más completo del mundo.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).