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Para alguien nuevo en el mundo del ciclismo —e incluso para aquellos que son más veteranos pero nunca han tenido muchos problemas con sus bicis—, la idea de llevar su bicicleta al mecánico puede resultar un tanto confusa. Puede que no estén familiarizados con cómo tiene que funcionar o incluso “sonar” una bicicleta en funcionamiento óptimo, lo que les hace difícil determinar si existe algún problema que requiera atención profesional. Además, la falta de experiencia puede llevar a pasar por alto señales sutiles de desgaste o daño en los componentes de la bicicleta.
Esto provoca que muchos ciclistas novatos se muestren indecisos para decidir si un problema es lo suficientemente importante como para justificar una visita al mecánico. Hay que tener en cuenta que una revisión de la bicicleta cuesta dinero y que nadie quiere quedar tampoco como un exagerado a los ojos del mecánico. Estos pensamientos pueden provocar que no realicen reparaciones que requerirían de una atención urgente, lo que podría resultar en problemas más graves y más costosos en el futuro.
Además, el ciclista promedio puede no atreverse a realizar reparaciones él mismo por miedo a cometer errores o dañar aún más la bicicleta. La falta de conocimiento técnico puede hacer que se sienta inseguro a la hora de intentar solucionar problemas mecánicos por su cuenta, lo que lleva a depender más de la asistencia profesional.
Para intentar ayudarles un poco con esta incertidumbre, nos hemos puesto en contacto con Javi Reyero, conocido en internet como El Gurú de la Bici, un apasionado de las bicicletas, de la mecánica y de las herramientas, para que nos iluminara un poco a todos en estos aspectos.
“Entre los síntomas más comunes de que una bicicleta necesita mantenimiento estaría, sin duda, que hace mucho que no se le ha realizado y principalmente que hace ruidos nuevos y extraños, que no van del todo fina, que crujen cosas, que la cadena hace ruido o tarda en cambiar, que los frenos chirrían o que hay roces, por ejemplo cuando la rueda gira”, nos explica. “Lo ideal en estos casos es hacer un diagnóstico con el que se consigue saber qué pasa”.
Javier nos explica que el diagnóstico suele comenzar por chequear el desgaste de la cadena, que se mira con un calibre. “Es necesario cambiar la cadena cada 2000 kilómetros, más o menos. Y se engrasa cada 100 o 200 kilómetros”, aconseja.
“En el caso de que se haya gastado mucho la cadena, además de cambiarla tendrás que cambiar platos y piñones”, continúa. “ Pero si no es así, y hay poco de desgaste, con cambiar la cadena ya serviría. En las revisiones también se mira el estado de las ruedas: si tienen holguras, si giran en redondo, si los neumáticos están gastados y si están a la presión adecuada. Luego también miro los frenos: si las zapatas de las pastillas están gastadas o todavía tienen recorrido, reviso las holguras en el eje pedalier, en los bujes, en la dirección, ver que los pedales giren bien. Y finalmente los cambios: doy pedales a la bici y pruebo todos los mandos para ver que funcionan. De esta manera se descarta cualquier fallo que pueda existir en la bici”.
Juanjo es experto en cultura y lifestyle, con un foco especial en el impacto que internet y las redes sociales están teniendo en nuestra sociedad y en el mundo. Por eso mismo, sus temas suelen tener también mucho que ver con cine, series, psicología, relaciones personales y sexualidad.
No hay tendencia viral o reto en redes que se le pase por alto, aunque también está muy conectado con la actualidad literaria, repasando cada semana todas las novedades editoriales y seleccionando las que puedan resultar más interesantes para sus lectores.
Su gran pasión son las entrevistas, disfruta hablando con personas y conectando con ellas y tiene una curiosidad natural por aprender de las experiencias y perspectivas de los demás ya sea de un escritor, un psicólogo o cualquiera que tenga una historia que contar.
Juanjo se licenció en Economía Internacional, aunque desde muy temprano en su carrera, por vocación personal, se dedicó a la divulgación y al periodismo, que con los años se convirtió en su profesión.
Juanjo lleva más de 15 años escribiendo en diferentes medios y fue Director editorial de Vice España, coordinando toda la producción de contenidos de la revista, desde cápsulas para redes sociales a documentales sobre ocultas subculturas urbanas de nuestro país. Tras su paso por Vice, se ha dedicado a escribir y su trabajo ha aparecido en medios como El País, El Periódico de España, ABC o Yorokobu, entre otros.