• Cuando se sufre una lesión lo mejor es inmovilizar la zona y acudir a un centro médico, pero en algunos casos se pueden seguir unas recomendaciones para aplicar frío
  • Pasadas las 72 horas desde el daño se puede recurrir a los contrastes de temperatura o al calor como recurso para la óptima recuperación.

Es una pregunta muy habitual en las consultas de fisioterapia. ¿Debería haberme aplicado hielo cuando me lesioné? ¿Tenía que haber usado calor para recuperar antes la zona dañada? ¿Cuándo me puedo poner frío o calor? Estos remedios pueden ayudar a mejorar la situación, pero los especialistas puntualizan que son recursos que es mejor evitar sin el adecuado análisis, aunque hay una serie de pistas, recomendaciones y advertencias que ayudan a enfocar su posible uso.

"Lo primero es analizar la situación, que se analice si hay fractura, por ejemplo. Si hay fractura abierta, no podemos aplicar ningún tipo de temperatura. Si hay reacción en la piel, tampoco se puede aplicar ningún tipo de temperatura porque puede afectar a la piel", avisa Ana Fresia Márquez, fisioterapeuta especializada en deporte y dolor crónico. "Si te lesionas, intenta inmovilizar la zona y elevarla por lo menos hasta llegar a algún especialista o médico", insiste la especialista.

La ayuda principal para averiguar si es el frío o el calor el aliado está en el tiempo desde la lesión. Para las recientes, hay que mirar. Por norma general, si han pasado 72 horas ya se puede pensar en calor. Si es antes, el frío es mejor opción. Y nunca puede ser aplicación directa (salvo que se trate de agua) porque esto causará daños en la piel.

El frío para recuperarse de lesiones

En todo caso, las recomendaciones siempre comienzan con la llegada a un centro médico y con varias instrucciones que evitan el uso de estos remedios. Aguantar sin hielo es la primera opción. "¿Qué ocurre con este tema del frío? Si puedes aguantar hasta llegar al hospital o donde sea para que te analicen qué es la lesión, es bueno intentar evitarlo. ¿Por qué? Es bueno dejar que el cuerpo actúe. El cuerpo es sabio y tiene que actuar. Sin frío llegan las células al lugar de la lesión y proceden a ese proceso de recuperación. Aumenta el tamaño de las venas y mayor torrente sanguíneo para que se recupere la lesión. Si nos ponemos frío hacemos el mismo efecto que si nos estuviéramos tomando un antiinflamatorio", explica Fresia.

"Es como un sistema de emergencia ¿Por qué hay dolor? Es un mensaje del cuerpo para que no lo muevas. Que te tuerces el tobillo, pues voy a enviar sangre para que se recupere y que duela para que no lo muevas. Con el hielo no van a llegar células inflamatorias, por lo que va doler menos y tiene un efecto de adormecimiento de la piel como analgesia. El frío lo que hace es disminuye la actividad metabólica. Hace que llegue menos sangre y va a doler menos porque con la sangre llegan los procesos inflamatorios", ilustra.

Además de por el bien del cuerpo, hay una aspecto a más largo plazo que hay que anotar. "A la hora de la rehabilitación de la lesión vamos a partir de un punto mucho mejor que sino hubiéramos dejado que se recuperara", señala.

"Hay ciertas situaciones en las que no vendría mal el frío aunque solamente sea como función psicológica"

No obstante, a veces hay que optar por el frío inmediato. "A lo mejor la situación es un poco mala, frustrante y si tienes que aguantar el dolor se lleva mal. Hay ciertas situaciones en las que no vendría mal ese tipo de frío aunque solamente sea como función psicológica para calmar a la persona", concede la fisioterapeuta. Otro campo diferente es la competición. "Si eres un deportista de alto rendimiento como un futbolista en medio de un partido y quieres aguantar... No es lo más sano pero a lo mejor en ese momento es lo más eficaz para ti", iquest;Cuándo se puede aplicar calor.

¿Cuándo hay que aplicar hielo en una lesión?

"Si no hay fractura abierta y no hay heridas ni nada que impida aplicar puedes poner frío. normalmente la gente que hace senderismo, que va a la montaña, suele llevar 'cold packs' que son paquetes con un químico dentro y cuando lo presionas automáticamente se enfría. Es siempre una buena recomendación para deportistas de montaña. Yo escalo, y he visto varias veces en la montaña cómo alguien se hace una luxación en la mano y el frío le ha ayudado bastante, la verdad", recuerda Fresia. El efecto es sencillo: disminuye el dolor, la inflamación y los calambres musculares del momento.

Recomendaciones

"¿Cuándo recomiendo yo poner hielo en la vida normal? Cuando es una lesión no tan grave como una luxación. Por ejemplo, si juegas al pádel Mejores sustitutos del azúcar baloncesto o de voleibol al que le da da el balón en el dedo. Hay inflamación pero no es grave. Con hielo se va a pasar rápidamente y en dos días estará recuperado; y mientras esa persona va a poder estar concentrada en el juego", explica la fisioterapeuta.

Contrastes de temperatura para las lesiones

Una vez superado el período de lesión aguda (como norma general se citan los tres días, aunque los especialistas apuntan a que se observe la temperatura de la zona), llega la posibilidad de los contrastes de temperatura o de calor. Ana Fresia recomienda en primer lugar los contrastes de temperatura, por ser más eficaces, aunque reconoce que son menos populares. "Se hace con lesiones antiguas y es mucho más efectivo que el frío. También es más engorroso y por eso no se suele hacer", reconoce.

Un ejemplo con una posible luxación o un golpe en el tobillo ayuda a comprender el sistema. "Siempre tienen que ser cuando estás en reposo, nunca después del ejercicio. Lo ideal es, si es en el pie, poner dos cubos de agua. Comienza con calor para que corra la sangre y acabas en frío o calor, según lo que te ocurra. Normalmente, se hacen cuatro o cinco contrastes. El consejo es que lo último sea frío si la lesión todavía es un poco aguda (4 o 5 días desde que se produjo lesión). Si tienes duda, acaba con frío. Si la lesión es antigua, acabas con calor", aclara después de insistir en que se debe esperar 72 horas como norma general. ¿Cuál es el efecto de los contrastes de temperatura en el cuerpo? "Conseguimos que los vasos venosos se expandan y contraigan con un bombeo. Al alternar, aumentamos el riesgo sanguíneo. Es un efecto de limpieza de los tejidos, estás limpiando de células inflamatorias".

Calor para las lesiones

La opción del calor sobre la zona también es contemplada por la fisioterapeuta cuando han pasado algunos días. ¿En qué casos se puede usar el calor para recuperarse de una lesión? "Con la típica rigidez muscular porque tengo el cuádriceps supercargado, he salido a correr tres días, me lo noto superhinchado; o, al revés, muy contraído y duele. O con el típico dolor de espalda que sabes que a veces sale y a veces no. En esos casos, es bueno aplicar calor con entre 34 y 44 grados. No hay mucha más historia", aconseja. Hay mantas de calor y otros aparatos para ajustar los grados y la posición, pero siempre sin contacto directo con la piel.

La explicación médica es sencilla: reactivar la circulación de la sangre favorecerá la recuperación. "El cuerpo se ha relajado y queremos que llegue más sangre porque queremos que se recupere de nuevo", Lo primero es analizar la situación, que se analice si hay fractura, por ejemplo. ¿Cuándo se puede aplicar calor? "Si tocas (la zona) y la piel ya no está caliente porque es una de las características de la lesión aguda. Entonces ya es bueno usar el calor", completa Fresia.

El ejemplo del esguince, según el grado

  • Lo ideal es que intentes aguantar sin frío ni calor. Compresión en la zona, elevar el lugar de la lesión y acudir a un centro médico.
  • Si estamos en grado 1 o 2. "Hay que intentar no poner ese hielo y soportarlo", avisa la fisioterapeuta.
  • Con el grado 3 va a ser insoportable, con el moratón más grande, la rotura de las fibras y puede incluso haber rotura. Tienes dolor, inflamación, ves que el pie se ha doblado por completo. Incluso hay veces en que puede no haber dolor porque haya afectado a los nervios. Tampoco puedes apoyar el pie. "Aquí no vendría mal poner un poco de hielo. Lo ideal es que no, pero viene bien ponerlo", concede la especialista.
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Javier Bragado es experto en nutrición y otros temas de salud. Trata de mantenerse al día con nuevas investigaciones para divulgar los últimos descubrimientos y tendencias en esta web. Además, cuenta con la presión de una familia con dietistas-nutricionistas y crosfitteros, así que más le vale ser preciso con lo que escribe sobre alimentación y fitness. 

En el plano profesional, cuando no existían los 'podcasts' Javier Bragado trabajó en varias radios (Onda Cero, Cadena Ser), aunque ahora su producción se concentra en la escritura en web. De hecho, es bastante habitual encontrarlo como autor de textos (a veces extralargos) sobre actualidad polideportiva después de dos décadas de experiencia en la agencia EFE y en la agencia Colpisa. Con especial atención a los perfiles menos convencionales en el deporte como el ciclismo, tenis, fútbol y atletismo de cualquier género. 

Licenciado por la Universidad Complutense completa su perfil de periodista con su posterior carrera de Geografía e Historia en la UNED, por lo que es frecuente verle redactar sobre grandes y pequeños personajes de la humanidad, investigaciones y estudios sobre el pasado.

Se apoya en sus conocimientos académicos y respeto por los profesionales de la historia y sus fuentes. Lo que no está reñido con su ecléctica afición a la lectura de libros y cómics orientales y occidentales. 

Por otra parte, Javier Bragado también es un amante de experimentar el deporte en primera persona y ha practicado un par de artes marciales y deportes de combate en su juventud, aunque sin experiencia en competición.  

Si te has encontrado con un reportaje firmado por él sobre John Wick, Jean-Claude Van Damme, Michele Yeoh y la comunidad del cine de acción, que sepas que está entre quienes disfrutan de esas coreografías de reparto de caramelos. No obstante, ahora le ha dado por la natación, porque ya no es joven y prefiere que no le golpeen en la cabeza mientras cuida su cardio. 

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