Los 10 mejores momentos del atletismo español en 2020

El castellonense Pablo Torrijos empezó el invierno ganando en una reunión de prestigio como Boston y lo terminó el 1 de marzo superando su propio récord de triple salto con 17,18 metros en el Campeonato de España de Ourense. Torrijos tenía el récord con 17,04 metros desde que ganó la plata en el Euroindoor de 2015 en Praga y persiguió esa frontera en repetidas ocasiones.

La clave, nos explicaba, estuvo en arriesgarse a meter 20 zancadas previas en lugar de las 18 habituales, algo solo apto para cuando está muy en forma. Torrijos no pudo superar el récord en verano, pero cruzó la barrera de los 17 metros por primera vez al aire libre. En 2021 competirá con la tranquilidad de tener la mínima olímpica para Tokio, donde sueña con la final.

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Unos días antes de que el mundo se parara, el 8 de marzo, el médico zaragozano Carlos Mayo vivió el día más feliz de su vida. Así lo dijo. No era para menos. Acababa de ganar en su ciudad, ante su familia, frente a su amigo y paisano Toni Abadía, el Campeonato de España absoluto de cross con 24 años y dominando la prueba de principio a fin. Estaba tan eufórico que después le pidió matrimonio a su novia Ana.

2021 tendrá que ser su año, porque 2020 no le permitió a la que siempre fue una de las grandes promesas del fondo español mostrar todo su potencial tras recuperarse por fin de un calvario de lesiones que casi le retiran. La prueba de que es capaz de grandes cosas la mostró en diciembre en Valencia: debutó en media maratón y logró la segunda marca de la historia tras el récord de Fabián Roncero (1h00:06).

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Nadie duda de que Orlando Ortega es la principal esperanza de medalla española en atletismo para los Juegos Olímpicos de Tokio. En el año preolímpico no se escondió más que en un piso de Valencia durante el obligado confinamiento. Antes y después se mostró intratable: de 14 carreras, la mitad de ellas internacionales, ganó 13. En invierno mostró músculo en el Campeonato de España de Ourense con un inédito doblete en 60 metros lisos y con vallas.

Su verano tuvo solo cuatro citas de alto nivel, pero la usó para dar un golpe en la mesa desde el principio. El 14 de agosto ganó los 110 metros vallas de la Liga de Diamante de Mónaco con 13,11 segundos, la mejor marca mundial del año en la prueba, derrotando al campeón mundial en Doha, el estadounidense Grant Holloway. La aproximación olímpica del subcampeón en Río 2016 es, cuando menos, ilusionante. Y eso que este año solo quería disfrutar.

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La mejor maratoniana española acabó el año a lo grande. Se sentía tan bien, tan capaz, que fichó por Adidas y proclamó que podía con el récord nacional de la prueba de Filípides que desde 1995 tenía Ana Isabel Alonso. No pudo romperlo, pero se quedó cerca en Valencia (2h27:08). Antes, en el Mundial de medio maratón de Gdynia (Polonia), ya había rebajado su marca en esa distancia (1h11:08).

Sin embargo, hasta que aparecieron las competiciones, Galimany se las inventó. El 28 de julio en la pista de Valls (Tarragona), muy cerca de dónde vive, se montó una prueba de la hora y allí ella se llevó un récord de España que solo tenía dos años pero estaba olvidado. En 60 minutos corriendo recorrió 17.210 metros. La hora se puso otra vez de moda, la programaron en la Liga de Diamante de Bruselas y Mo Farah y Sifan Hassan desempolvaron viejas plusmarcas. Y allí que invitaron a Galimany, que aprovechó la oportunidad para mejorar aún más: 17.546 metros.

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El año de la catalana Esther Guerrero fue inmejorable, pero su coronación como reina española del mediofondo llegó en septiembre en el Estadio de Vallehermoso de Madrid, donde en apenas 10 minutos encadenó los títulos nacionales de 800 y 1.500 metros. Es verdad que no contó con demasiada oposición, pero era el broche a una temporada llena de récords personales, logrados además en escenarios de prestigio internacional como la Liga de Diamante.

La atleta de New Balance se estrenó en invierno con su marca indoor en 1.500m (4:07.47 en Glasgow) y en verano batió el extraño récord de España de 2.000m en Olot (5:41.30), mejoró marcas personales en 1.000m en Bruselas (2:35.64), 1,500m en Estocolmo (4:03.13) y culminó la temporada en Doha convirtiéndose por fin en la tercera mujer en baja de 2 minutos en 800 metros en España (1:59.22).

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Si a alguien se le puede aplicar la expresión 'se apunta a un bombardeo' en este 2020 es a Fernando Carro. Más allá de un solo resultado, el madrileño se erigió en figura de referencia para sacar adelante su deporte tras el parón de la pandemia, consciente de lo importante que era su papel de estrella del atletismo español para sacar adelante a toda la industria que rodea el atletismo español.

Carro tiró del carro. Y lo hizo compitiendo en 1.500m, la milla, 2.000 metros obstáculos, 3.000 metros obstáculos, 3.000 metros lisos indoor y al aire libre, 5.000 metros y 10 kilómetros en ruta, y se despedirá como gran embajador de la San Silvestre Vallecana. El gran momento del obstaculista en su prueba llegó el 14 de agosto en Mónaco, donde llegó 4º con 8:13.45, pero su arrojo lo demostró un mes después en Vallehermoso, enfrentándose a dos finales en apenas 24 horas, y el gran registro lo dejó en noviembre en Alcobendas, corriendo el 10K más rápido de siempre en España con 27:46. El récord no vale, pero queda la actitud.

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Cuando las lesiones respetaron al joven eibarrés Odei Jainaga, un tallo de 1,95 metros y pesa 93 kilos, el lanzador de la Real Sociedad aún tenía 22 años se consagró este verano como el mejor jabalinista de España, capaz de llevar la prueba que siempre fue el patito feo del deporte español a niveles que le acercan cada vez más a la competencia internacional.

El récord nacional empezó el año en los 81,31 metros que el navarro Manu Quijera tenía desde el año anterior y terminó en los 84,10m que un inspirado Jainaga logró el 6 de septiembre en la Copa de Clubes en Vallehermoso, poniendo, por cierto, la primera plusmarca española absoluta al nuevo estadio. Por el camino, el vasco ganó cinco competiciones por encima de los 80 metros y había batido ya en agosto el récord con 81,90 metros en León. El registro ya está muy cerca de los 85 metros que se exigen para ser olímpico en lanzamiento de jabalina.

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Ouassim Oumaiz, 21 años, y Abdessamad Oukhelfen, que acaba de cumplir 22, revolucionaron el ránking de los 5.000 metros, metiéndose entre los cinco mejores europeos del año. El primero, nerjeño de nacimiento, se peleó con los mejores y llegó 5º en Mónaco (13:13.14). El segundo, llegado a Reus a los seis años desde Marruecos, le respondió un mes después en Ostrava entrando pegado a sus talones en 13:17.95 y se llevó el duelo individual en el Campeonato de España de Vallehermoso.

Los dos brindarán, seguro, grandes duelos en el futuro, y si repiten sus actuaciones en 2021 irán a Tokio. Oumaiz, además, se estrenó a lo grande ganando a los mayores en la vuelta al atletismo en su pueblo a principios de julio. Luego viajó a Nijmegen (Países Bajos) y estableció el nuevo récord de España absoluto de 5K en ruta (13:19).

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El granadino Ignacio Fontes demostró el en verano de 2019 en Gavle (Suecia) de lo que es capaz ganando el título europeo sub-23 de 1.500 metros. Era más difícil esperarle tan pronto y tan rápido. Su marca de 3:39 se convirtió en 3:33.72 en una mágica tarde de 24 de agosto en Castellón. Solo Fermín Cacho y Reyes Estévez habían corrido más rápido a esa edad.

La carrera dejó bocas abiertas: Saúl Ordóñez mejoró hasta 3:34.98, Fernando Carro hasta 3:35.90...fue el mejor ejemplo del resurgimiento del 'milqui' en España este año, con 11 atletas por debajo de 3:40 minutos a pesar de contar con bastantes menos carreras. Pero Fontes ni siquiera fue el más rápido del año. El burgalés Jesús Gómez aprovechó las liebres de Mónaco para mejorar su marca hasta 3:33.07. Corrió en cuatro citas de la Liga de Diamante mostrando una gran regularidad, siempre entre 3:33 y 3:35 y cerca de los primeros. Y sin embargo, Kevin López les derrotó a los dos en el Campeonato de España.

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