TARRAGONA. "Solo pensaba en ello, en ir segunda hasta el toque de campana y después tirar hacia adelante y aguantar. Estaba mentalizada", cuenta Rocío Arroyo, que cumple su plan, cambia de ritmo a falta de 350 metros para la meta, se pone en cabeza y sin quemarse en su intento consigue evitar que nadie le dé caza. Daniela García parece capaz de atraparla en la última recta, pero la alcalaína tiene fuerzas, una coleta al viento y una zancada que le permite llegar a meta y alzar los brazos en 2:01.01. Campeona de España de 800 metros en Tarragona.

Y ese título, por el que nadie habría apostado hace un mes, no sorprende ya a tantos. Arroyo se convirtió en la sensación del gran Europeo sub-23 de Bergen (Noruega) hacía un par de semanas. De las 11 medallas, ninguna más inesperada que su plata gracias a mostrarse como la más inteligente y determinada de las atletas que peleaban por acompañar a la favoritísima suiza Audrey Werro en el podio. Y con una marca, 1:59.18, que no solo le permitían batir el récord de España sub-23, sino colocarse como la tercera española más rápida de la historia tras Maite Zúñiga y Mayte Martínez.

"Mejores sustitutos del azúcar. Hablé con mi entrenador [Antonio Fernández Larragueta] muchas veces de que me va a costar procesarlo, sigo en una nube", cuenta feliz después de recuperarse del pajarón posterior a su oro en Tarragona. Ha tenido que permanecer un buen rato sentada en un andamio a la derecha de la pista, ha vomitado un par de veces y una voluntaria ha llamado a los servicios médicos y ha pedido que no la incluyan después en el relevo con el Club de Atletismo Unicaja.

Porque, sí, la irrupción de Rocío Arroyo ha sido tan fulminante que no le viste ninguna marca, aunque no le faltarán candidatos para 2026. Hasta el año pasado era una cuatrocentista de 54,88s, marca apreciable pero que no le dio para subir al podio del Nacional sub-23 ni para entrar en la final del Absoluto.

"Yo sabía que era una atleta de 800m, y el plan con mi entrenador era empezar a hacer esa distancia cuando llegara a absoluto, pero me rompí tres veces el cuádriceps y entonces decidimos combinarlo para hacer una prueba menos explosiva y probar los 800 metros en la pista cubierta, pero no esperaba que fuera a explotar tan pronto, esperaba acercarme a 2:01, no bajarlo. La verdad es que estoy encantada en los 800m, me siento muy cómoda y me cuesta muy poco saber qué hacer en carrera", relata sorprendida de sí misma.

Arroyo cuenta que sigue entrenando los 800 metros "por abajo", con esa costumbre más de velocista que de atleta de largo aliento. "Este año he metido más 500m de lo normal y he quitado algo de series cortas, pero más o menos ha sido igual, y creo que nunca lo cambiaré porque no me hace falta hacer miles", cuenta esta estudiante de Filología Inglesa de 22 años recientes, a la que le quedan tres asignaturas y el TFG para terminar la carrera, y que entrena dos horas durante cinco días a la semana en Alcalá de Henares.

Rocío Arroyo ahora necesita otras dos grandes marcas en los 800 metros para meterse por ranking en el Mundial de Tokio, aunque piensa más en recortar las centésimas que le faltan y bajar de 1:59 para lograr la mínima directa internacional. Competirá el sábado 9 en el Mitin de Oordegem (Bélgica) y el jueves 14 en Guadalajara. "Por puntos creo que ya no me da tiempo, así que voy a por la mínima. Si sale, genial; y sino estaré contenta aunque no vaya a Tokio".

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Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).