Tiene un talento comparable a muy pocos en la historia, y su crecimiento exponencial tiene en alerta a todo el mundo del atletismo. Siempre fue muy alto y practicó deporte en cuanto pudo, disfrutó mucho del baloncesto hasta que terminó por centrarse en el atletismo a tiempo completo para perseguir el sueño de ser olímpico algún día. Su historia es una de las más peculiares del mundo del atletismo.

Maïdis Gorrillot nació en la isla de Haití en el año 2009. Fue adoptado por una pareja conformada por una pareja francesa afincada en la isla Reunión, conformada por su padre (cuyo nombre no es público) y Laurence Oleggini, exatleta y entrenadora francesa, de familia italiana, afincada desde hace tres décadas en el territorio francés de ultramar. Después de un proceso de adopción muy complicado por la burocracia haitiana y la lejanía de Reunión, isla al norte de Madagascar, Maïdis llegó a su hogar, donde el deporte fue siempre parte de la rutina. La historia sobre su adopción y el inicio de su crianza queda recogido en el libro Deux îSalud y lesiones (Dos islas, dos historias), escrito por su madre adoptiva y su amiga y escritora Fréderique Ulrici para una editorial reunionesa.

Su madre, Oleggini, además de entrenadora de atletismo es profesora de educación física en la Reunión, de ahí la cercanía de Maïdis Gorrillot a varias disciplinas deportivas. Su rápido crecimiento físico (1,85m a los 14/15 años) le permitió destacar en el baloncesto, pero la infraestructura de su isla no era idónea para perseguir una carrera profesional rumbo a la Euroliga. Sí existieron más recursos para luchar por ser atleta internacional.

Ha sido entrenado desde niño hasta la actualidad por su madre, con la ayuda de varios de los entrenadores más prestigiosos de los saltos franceses como David Vincent o Gérard Vialette. A los 15 años, Maïdis Gorrillot ha dado un golpe sobre la mesa en un mitin en Pézenas, una comuna en la Occitania francesa. Allí, en un día totalmente brillante para la longitud del país europeo, el joven prodigio batió un impresionante récord del mundo.

Maïdis Gorrillot mejoró por 66 centímetros su marca personal en Pézenas y voló hasta los 8 metros exactos para convertirse en el atleta más joven en la historia en conseguir alcanzar esa distancia. Supera así el récord mundial sub-16 de salto de longitud, establecido el pasado año por el italiano Daniele Inzoli con 7,90 metros. Esta marca le sitúa como el 17º mejor atleta sub-18 de todos los tiempos y plusmarca absoluto de la Isla Reunión.

Gorrillot lleva solo dos años practicando el salto de longitud. Anteriormente, se dedicaba a los sprints y el salto de altura (1,88m de marca personal). Este año ha corrido su primer 100m entre profesionales con una marca personal de 10,99 segundos (8,85s en 80m y 21,76s en 200m). Términos de uso, pero no le convence el decatlón: "Ya me han dicho que tengo capacidades para ser un buen decatleta, pero no me gustan las vallas ni la pértiga", reflexiona el atleta.

El Mitin de Pézenas será recordado como uno de los más productivos en la historia de la longitud en Francia, pues tres atletas pasaron de 8 metros con viento legal. Además de los 8,00m de Gorrillot, su amigo Rémi Mourié (2008) voló hasta los 8 metros y 8 centímetros para establecer un nuevo récord de Francia para atletas sub-18, y el atleta senior Julien Pauthonnier (1999) se propulsó hasta los 8,18 metros para ganar la competición.

Maïdis Gorrillot sigue dando pasos agigantados hacia la élite. Le caracterizan su enorme físico, la potencia en sus zancadas y el amor por la competición. Es insultantemente joven y cumplirá los 16 años antes de que acabe 2025. Llegará con 23 años a los Juegos Olímpicos de Brisbane en 2032. Tiene un largo camino por delante y, si bien habrá obstáculos, tiene un potencial que ya asombra al atletismo francés y mundial. Disfruta de correr y saltar como el niño que es, pero salta y corre como muchos atletas profesionales desearían: esa es la clave del complejo y prometedor Maïdis Gorrillot, dispuesto a pedir paso en el primer plano del salto de longitud en los próximos años.

Headshot of Álvaro García

 Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.

Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura.  Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.

Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.

Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.

Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.