El día después del accidente de tráfico que marcó un punto de inflexión en su vida, Bruno Hortelano iba a coger un avión de Madrid a Nueva York, donde empezaría a trabajar en ensayos clínicos para tratar linfomas en el Presbyterian Hospital del Upper East Side de Manhattan. La idea era sumar un par de años de experiencia allí, entrar después en la escuela de Medicina y con suerte entrenar un par de días a la semana en la pista The Armory. "No tenía idea de seguir con el atletismo. Tenía el objetivo claro de ser olímpico y lo había cumplido. Podía seguir entrenando, pero no iba a ser lo mismo que lo que hacía antes de Río", desvela.

El verano había saciado todas las expectativas de Hortelano, que estaba a punto de cumplir 25 años. Dos récords de España en 100 (10,06s) y 200 metros (20,04s), el oro en el Europeo de Ámsterdam, las semifinales olímpicas en la curva de Río y un enorme impacto mediático. Tres meses vertiginosos y una noche de fiesta para celebrarlos antes de abandonar España terminaron con un choque al amanecer del 6 de septiembre de 2016 en la A-6, a la altura de Las Rozas, con su primo al volante duplicando la tasa legal de alcoholemia, y su mano derecha destrozada y nunca igual de funcional, porque aún no puede extender del todo los tres dedos más pequeños, una cicatriz en la cabeza y otra en la rodilla.

Una desgracia que a la vez truncó y alargó una carrera deportiva que probablemente habría acabado ese mismo año. Hortelano estaba decidido a volcarse en aprovechar su talento académico después de terminar sus estudios de Ingeniería Biomédica en la Universidad de Cornell. Porque el hombre más rápido de la historia de España, que este domingo anunció su retirada del atletismo a los 33 años, contra lo que muchos recuerdan aún vivió un regreso triunfal en 2018, sin el cuál no podría presumir ahora de dos de sus cuatro récords de España que aún posee: los 20,04s en 200m en Getafe y los 44,69s en 400m en un memorable duelo con Óscar Husillos en Moratalaz, sus dos pistas fetiche.

Aquel verano, Hortelano terminó 4º en el Europeo de Berlín, un puesto que ahora sabemos que debería haber sido un bronce porque el suizo Alex Wilson, uno de los que le superaron, enfrenta 14 años de sanción por reincidencia con el dopaje, y con una marca (20,05s) cuatro décimas mejor que la que le había coronado cuatro años atrás (20,55s). "En casi todas las ediciones anteriores habría sido oro o plata, y corrí medio segundo más rápido, pero lo importante para la gente es el oro", reivindica con cierto dolor un hombre que siempre hizo suyo el discurso de la superación personal más allá de los resultados concretos. Y un bronce de Berlín se llevó, el del relevo 4x400m con Husillos, Samuel García y Lucas Búa, aunque con sabor de derrota: no midió la velocidad y lo que era un oro acabó perdiendo brillo en la recta final.

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"Después del accidente volví a renovar con ese sueño, pidiéndole al sueño que me ayudara a recuperarme física y mentalmente, de estar roto", le contaba Hortelano a Aitor Gómez en el podcast 'Pasos atrás' que se publicó el pasado 3 de diciembre. Entonces, el atleta reivindicaba que, pese a haber corrido apenas nueve carreras en los últimos dos años y muy lejos de su mejor nivel, aún no estaba retirado, que solo se estaba tomando una año sabático para centrarse en su familia y formarse aún más, y que incluso no veía imposible cumplir su sueño de bajar de 20 segundos en los 200 metros.

La inestabilidad vital: "Cada año ha sido radicalmente distinto al anterior"

"Volver dependerá de descansar bien por la noche, de tener salud y motivación", decía Hortelano, que hace dos años fue padre de un hijo con su esposa Evelyn, e incorporó los dos anteriores de su pareja a su vida. "La última vez que estuve en la pista fue en julio para hacer un test de 200m porque no sabía cómo estaba", contaba el atleta nacido en Wollongong (Australia) de padres españoles, y que apenas intentó la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024 después de sufrir problemas de salud.

Y ahí es donde el accidente, que le mantuvo en el atletismo, también le dejó secuelas que empeoraron con los años. Rupturas familiares y sentimentales que le sumieron en depresiones y le hicieron pasar por periodos más espirituales, y en última instancia le causaron estrés por tantos cambios en su vida. "En los últimos años, cada año ha sido radicalmente distinto al anterior", recuerda Hortelano, que siendo un veinteañero aún pudo batir récords a pesar de otras secuelas invisibles del accidente como una lesión en el cráneo, problemas en los tendones de Aquiles o tensiones en el cráneo y las cervicales que Raúl Martínez, el fisiosteópata de la selección española de fútbol en el exitoso Mundial de Sudáfrica 2010, le ayudó a eliminar a finales de 2021 con un tratamiento innovador que se centraba la fascia.

"Me he puesto una presión que no me ha ido bien. Me fue mejor cuando tenía otras inquietudes"
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Liberado muscularmente y también mentalmente después de la decepción de no clasificarse para los Juegos de Tokio, en el invierno de 2022 regresó un Bruno Hortelano que con 30 años parecía capaz de repetir sus tardes de gloria. Media maratón 2025 llegó a proclamarse campeón de España en Ourense, alcanzó las semifinales del Mundial de Belgrado, y lanzó el relevo 4x400m con el que se proclamó subcampeón mundial con Iñaki Cañal, Manuel Guijarro y Bernat Erta. Y lloró emocionado.

"En 2022 no tenía expectativas. Y en tres meses, con un entrenador nuevo y un método nuevo, salió eso. Si vuelvo, sería de esa manera", decía Hortelano, que reconocía que las expectativas ajenas y propias no le habían favorecido en el pasado. "Me he puesto una presión que no me ha ido bien, y en la universidad con poco más de 20 años, me daban ya problemas de salud, pero me permitían seguir avanzando. Cuando mejores resultados he tenido ha sido cuando tenía otras inquietudes, cuando lo compaginaba con los estudios", revela.

"No alcancé mis expectativas porque esperaba estar todos los años en la élite y mejorar mis marcas"

En realidad, aquella plata de Belgrado supuso su canto de cisne, la última gran medalla de un atleta que desde finales de 2020 estaba tirando de los ahorros de sus mejores años. "Nike fue la empresa que más apostó por mí después del accidente, y me ofreció un señor contrato hasta 2020", agradece Hortelano, que en la entrevista de diciembre, aunque negara la retirada, ya hacía cierto balance.

"No he llegado a las expectativas, porque esperaba ser un deportista profesional que estuviera todos los años en la élite y mejorara mi marca casi todos los años, y aunque las superé después del accidente, no he hecho eso", decía Bruno, que no obstante parece reconciliado con el pasado. "No me arrepentí de ninguna decisión de competiciones, de cómo hice mis carreras, del esfuerzo que puse, y ahora tampoco me arrepiento. Sé que he dado lo mejor de mi".

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Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.

Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).

Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).