- Tamberi y Barshim deciden compartir el oro olímpico en altura
- Gianmarco Tamberi: "Hago salto de altura, pero no lo amo. El baloncesto me habría hecho más feliz"
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Una publicación cada día en Instagram, cada una encabezada por un año desde 2009 hasta 2024, y así hasta 15 con una foto o un vídeo y una reflexión personal sobre qué significó deportivamente. Y así, Gianmarco Tamberi, con su gran sentido de la tensión y el espectáculo, ha trufado de dudas las últimas dos semanas en Italia, donde es una celebridad con más de 1,1 millones de seguidores en la red. ¿Se retira del atletismo o es solo un juego?
Y así, el campeón olímpico, mundial y europeo de salto de altura, el hombre que ha marcado la disciplina en los últimos tres lustros con su amigo catarí Mutaz Essa Barshim, alimentó el suspense hasta que en la noche de este martes se subió al escenario del Teatro Ariston de San Remo, y en su famoso festival musical que se extenderá hasta el domingo, y ante una audiencia televisiva de 16 millones de espectadores, anunció al lado del cantante Jovanotti que seguiría en el atletismo hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Tendrá entonces 36 años.
"Después de París han sido meses difíciles. Cuando intentas con todas tus fuerzas perseguir un sueño, lo rozas con un dedo y el destino te quita la tierra bajo tus pies, pierdes la confianza en ti mismo y el coraje para volver al ruedo. Pero me doy cuenta, mirando hacia atrás en mi carrera, que lo que marcó la diferencia no fueron las victorias, sino la voluntad de volver a intentarlo, incluso cuando las dificultades parecían insuperables. Hoy tengo mucho miedo, pero puede más la voluntad de volver a probar", dijo ante el entusiasmo del público, con su puro sentido teatral del deporte y de la vida.
El atleta italiano dio más detalles sobre su decisión en una rueda de prensa celebrada este miércoles en San Remo. "Hasta el 1 de enero, cambiaba de idea cada día. Después me di cuenta de que era una decisión familiar, no solo mía. Mi mujer Chiara [Bontempi] nunca me empujó hacia ninguna decisión, pero cuando le dije que quería seguir, había otra luz en sus ojos. Sabe lo importante que es para mi no terminar como en París. Terminar con esas imágenes habría sido un contrasentido en mi carrera", explicó Tamberi, que en los pasados Juegos Olímpicos salió del hospital con un cólico renal y se empeñó en competir en una final olímpica en la que terminó 11º y entre lágrimas, incapaz de pasar de 2,22 metros.
Tamberi explicó que el impulso de los aficionados le ayudó a continuar un ciclo olímpico más en el atletismo. "La gente me paraba por la calle y me pedía que volviera a intentarlo. No es algo solo personal, también es colectivo. El escenario de San Remo no es mi mundo, pero fue una gran oportunidad. Con Jova [Jovanotti] en el escenario, ese era el momento culminante y espero que haya trasmitido la idea de lo importante que es enfrentar la dificultades. No es tan importante la victoria, como intentarlo y levantarse. Creo que eso ha caracterizado siempre mi carrera. Me agradó escuchar que me dijeran 'gracias por darme la fuerza para enfrentar las dificultades porque tú enfrentaste las tuyas'", reflexionó.
El saltador, que hace un par de meses confesó que el baloncesto le habría hecho más feliz que la altura, pero que supo reconocer su talento, se tomará este primer año con más relajación. Desde luego, no competirá en pista cubierta, y quiere ser competitivo en el Mundial de Tokio, pero pone por encima la recuperación de su cuerpo, con entre cuatro y seis horas diarias de terapia para poner su cuerpo al máximo para los siguientes cuatro años.
Tamberi tiene un hueco en la historia del salto de altura pese a no haber entrado nunca en el club de 16 atletas que han pasado alguna vez de los 2 metros y 40 centímetros. Tamberi alcanzó 2,39m en Mónaco tres semanas antes de los Juegos Olímpicos de Río, que se perdió porque cuando intentó subir dos centímetros más ese mismo día se rompió el ligamento y se quedó sin viajar a Brasil. Esa dificultad le unió a Mutaz Essa Barshim, que sufrió una lesión muy parecida dos años después en un mitin en Hungría, y por eso cuando a los dos se les presentó la oportunidad de compartir el oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, no dudaron en hacerlo, en una decisión polémica pero que unió para siempre a los dos saltadores más relevantes de la última década.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).