- Antonio Benito gana con un impresionante récord el Ironman de Vitoria que termina el cocinero Paco Roncero
- Patrick Lange gana su tercer mundial de Ironman y bate el récord del circuito en Kona con 7 horas y 35 minutos
- Antonio Benito, a un 1 km del título mundial multideporte
Nadar 3,8 kilómetros, pedalear 180 y correr una maratón, y todo seguido en menos de ocho horas solo está al alcance de los mejores triatletas del mundo en larga distancia. Y Antonio Benito (Tomelloso, 1994) es uno de ellos. Lo consiguió el pasado mes de julio en el Ironman de Vitoria, del que batió el récord con 7h36:38, y gracias a eso se ganó una plaza en el terminó 20º en 8h03:06 (Hawái) en octubre, donde arriesgó, llegó a correr entre los seis mejores, y solo pinchó al final y terminó 20º en 8h03:06, a 27 minutos del alemán Patrick Lange, que ganó su tercer oro mundial.
Benito, que también ha sido doble campeón europeo de media distancia en 2022 y 2024 y campeón mundial de larga distancia el año pasado y subcampeón el anterior en Ibiza, triunfos que se valoran menos que el tan profesionalizado circuito Ironman, donde ahora mismo es sin duda el mejor español y se ha ganado entrar en el BMC Pro Triathlon Team, uno de los mejores equipos del mundo, para este año.
Y eso que Benito no puede dedicarse solo al triatlón, obligado a compaginarlo con su puesto de trabajo como Policía Nacional en Lugo, porque en la incertidumbre de la pandemia y sin grandes resultados internacionales en corta distancia decidió opositar y aún no puede tomarse una excedencia. Hablamos con él para que nos cuente cómo lo hace.
Runner's World: ¿Cómo llegas al triatlón?
Antonio Benito: Creo que como la mayoría de la gente de mi edad, mucho llegamos a través de la natación. Yo no era muy bueno, no mejoraba más y en mi casa, en Tomelloso, era el campeonato provincial de acuatlón, y mi entrenador José Ramón y la de natación, Elena, me propusieron hacerlo y quedé segundo. Me ganó David Castro –campeón de Europa de triatlón en 2023 en Madrid–. Después fui al Campeonato de Castilla-La Mancha y empecé de casualidad. El año siguiente ya estaba en el Campeonato de España y así me fueron engañando.
¿Con qué edad empezaste?
Me acuerdo que fue en 3º o 4º de la ESO cuando hice la primera competición, era en categoría cadete, aunque ahora han cambiado. Entonces eran 400 metros de natación y luego no sé si 3 kilómetros de carrera a pie o algo así. Y yo no había corrido en mi vida. Corrí con zapatillas de vestir, unas Adidas rojas, y una camiseta de algodón de la Diputación de Ciudad Real que dejábamos puesta en el dorsal. Creo que le cuentan esto a un chaval de ahora y fliparía en colores.
¿De niño hacías natación en piscina, también fútbol o hacías algún otro deporte?
Lo típico, de pequeño, pequeñísimo empecé haciendo fútbol como el 90% de los chavales. Pero era malísimo, malísimo. Tenía un problema de escoliosis en la espalda y lo típico que el médico le dijo a mi madre que me apuntara a natación. Cuando abrieron la piscina de Tomelloso, fui a cuchillo. Y terminé haciendo perfeccionamiento técnico y me pasaron al club de natación.
¿Y cuándo te trasladas a Madrid?
Pronto empecé a tener buenos resultados a nivel nacional y en segundo de Bachillerato me propusieron ir al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, y ya lo estudié allí. Después empecé Ingeniería Agrónoma, pero duré un año porque era imposible de compatibilizar con los entrenamientos, después me cambié a ADE y lo dejé con 24 créditos para terminar. Son malas decisiones que se toman en el momento. Unas recuperaciones me coincidieron con varias carreras y no pude ir. Y luego me mudé a Lugo. Estuve trabajando en el Decathlon y cuando todo se paró en la pandemia decidí empezar a estudiar la oposición. Estuve ocho meses, casi un año, sin entrenar. Me saqué la oposición en Lugo y me mudé a Pontevedra.
Y ahí hacías triatlón de distancia olímpica.
Sí, todo ese tiempo estaba en corta distancia.
¿Intuías que lo tuyo era la larga distancia?
Cuando acaba la pandemia, yo estaba estudiando la oposición, pero retomo los entrenamientos en el CGTD de Pontevedra. Y no entré en las carreras de principios de año de Copa de Europa porque no tenía ni un punto ni cumplía los criterios de la federación, y decidí pillarme una cabra con los premios del club del año anterior, fui al Campeonato de España de Media Distancia de Pamplona, quedé segundo. Fui a Zarautz y gané. Fue de chiripa. Igual si hubiera tenido puntos hubiera seguido en la corta distancia, pero fue para seguir compitiendo.
¿Cuántos 70.3 habías hecho antes del primer Ironman?
Unos cuantos. Había hecho un año entero de media distancia. Desde mayo de 2022 hasta octubre de 2023 que debuté en Cascais, en Portugal. Y ahí me sorprendí porque se me estaba dando bien el 70.3, pero nunca sabes cómo va a salir. Se me hizo un poco largo a partir del kilómetro 30, pero hice mi primer podio. Siempre me han dicho que por mis características fisiológicas podía rendir mejor en distancias más largas que en las cortitas.
Vienes de la natación pero, ¿cuál es la parte que más disfrutas y que más sufres?
La que mejor se me da y la que más sufro es la carrera a pie porque es donde puedo marcar las diferencias, pero es la última parte del triatlón, y ya llevas siete horas de prueba y empiezas a sufrir. Es la parte más dura a nivel físico y psicológico, pero donde más diferencia puedo sacar. Y lo que más disfruto es la bicicleta porque es un momento que aún vas bien a nivel físico y si el circuito es medio divertido, se goza bastante.
¿Cambia la percepción de los segmentos del triatlón olímpico al Ironman?
Bueno, creo que dentro del triatlón son deportes totalmente distintos. Es como el atletismo, no tiene que ver un 5.000 con un maratón. En corta distancia los pequeños detalles cuentan un montón. Si te sale mal la transición te puedes quedar fuera del grupo y se te ha ido la carrera. En Ironman, eso no es tan importante, pero a nivel mental es mucho más duro, muchas más horas. Se te puede hacer de noche. Son como dos deportes diferentes.
¿Has hecho algún maratón aislado de un Ironman?
No, no. Debuté en maratón cuando debuté en Ironman. Entrenando llegué a 35 kilómetros o así. Tanto en media como en maratón fue en triatlón. Es difícil que podamos hacer una maratón en los triatletas fuera de un triatlón porque los calendarios coinciden mucho.
¿Cuánto entrenas a la semana? ¿Cuánto es el volumen para llegar a rendir en Ironman?
En triatlón ya, incluso en corta distancia, la gente entra un montón. La diferencia entre el primer Ironman y ahora es que tienes que empezar poco a poco a introducir esos trabajos de más tiempo. También hago mucha serie corta para que el cuerpo no olvide esa chispa y se vuelva diesel. Preparando el Ironman de Hawái, que estuvimos de concentración en Lanzarote, las semanas llegaban a 30 horas. Llegamos a hacer seis horas de bici con series y al día siguiente, dos horas corriendo. Sobre 30 horas en plena carga, y entre 20 y 25 el resto de la temporada.
¿Y por disciplina?
Cuando estás nadando, puede ser sobre 20 o 25 kilómetros a la semana. En bici, más que kilómetros, cuento horas. Sobre 16 ó 17 horas, que serán unos 500 kilómetros a la semana, depende del desnivel. Y corriendo sobre 80-90 y con algunas semanas de 100. El día que haces seis horas de bici, nadas 2.000 suaves de agua. O si toca específica, son cinco horas de bicicleta y una hora corriendo. Se entrena un día de ritmo de media distancia, otro nos centramos en hacer distancias largas de bici o carrera y otro día muy cortito. Solemos hacer los tres deportes, salvo que uno sea muy largo. Hay gente que dobla carrera a pie, y eso es un poco loco, una burrada.
¿Cómo lo distribuyes?
Si no trabajo, lo separo, y si trabajo lo suelo hacer todo seguido. Siempre me gusta hacer primero la natación y quitármelo de encima. Y después bici, que si es muy largo solo hago eso, y correr lo último, por la tarde.
¿Cómo es tu horario de trabajo?
No me dan las horas para entrenar en Ironman y trabajar. Si trabajo de 7 a 2, hago todo por la tarde, y si es al revés, entrenas por la mañana. Te vas adaptando. Aprendes a vivir con prisa y con la casa a cuestas. Salgo de comisaría con el tupper, con la mochila de natación, la mochila de bici y lo de carrera a pie. Cuando empecé, sí que me costó mucho organizarme. O preparaba todo bien en la parte de entrenar, pero olvidaba preparar la nutrición. Ahora me he acostumbrado y preparo todo para que cuando salga de trabajar vaya a comer, a la piscina, tome un café, me voy en bici. Es un poco militar, pero es lo que toca. Al final me levanto siempre a las 5:50h, sea para trabajar o para nadar. Es un poco jodido tirarse a esa hora a la piscina, sobre todo en invierno, pero cuando la mayoría de la gente no se ha levantado yo ya tengo una sesión hecha y me siento súper realizado.
¿Cómo recuerdas la experiencia en Kona?
Una pasada. Siempre hace ilusión ir, pero nunca fue mi deseo. Quería conseguirlo, pero fue como cuando vas a un concierto de cantante que te gusta pero sin más, y cuando sales estás entusiasmado y escuchas todos los discos antiguos que no conocías. Me dejó súper contento, no solo la carrera, sino todo lo que se vive la semana antes, el ambiente, las carreteras. De verlo por la tele a ser uno de ellos es emocionante.
¿Y qué aprendiste a nivel deportivo?
Los días antes todo salió perfecto, pero el día de la carrera es otra historia totalmente distinta. Llevas el cuerpo durante muchas horas al límite y cualquier esfuerzo se paga, y en Kona creo que se paga el doble. Quitando a Patrick Lange, todos los demás nos hemos parado, hemos metido la cabeza en hielo. Sobre todo en la maratón, todo se multiplica. He aprendido que puedes ir bien, pero en un kilómetro puedes pasar de bien a mal y necesitas pararte de lo que te duelen las piernas. Y aprendí la paciencia. Me cuesta ser paciente en Ironman, y allí vi que la maratón tarda mucho. Yo corriendo adelanté al que quedó segundo y tercero, y yo terminé el 20º y ellos hicieron podio. Y puedes pensar que vas lento, que estás guardando de más, pero todo lo que guardes lo vas a utilizar. Salí muy ambicioso en la maratón y al final lo pagué.
¿Coincidiste con los noruegos, con Kristian Blummenfelt y Gustav Iden, campeones mundiales en 2021 y 2022?
Sí, los vi en la piscina y mi amigo los conocía con grabar con ellos, y me animaron a apuntarme con ellos a nadar una hora en aguas abiertas una semana antes de la prueba. Ellos siguieron en bicicleta y yo me fui a desayunar, porque no me da el cuerpo para hacer esas burradas a 10 días de la prueba.
¿Y para el año que viene?
Hay que pasar por otro Ironman para estar en el Mundial, que será en Niza. Quiero quitármelo de encima lo más pronto posible, así que el más suena porque es a principios de temporada es en Sudáfrica el 30 de marzo. Y haré alguna media distancia también y algo de corta para mantener el cuerpo alegre. Tenemos el Mundial de 70.3 en Marbella y el Mundial de Larga Distancia en Pontevedra, que al ser en casa también me ilusionan.
¿Te planteas ser profesional a tiempo completo o seguir compatibilizándolo con el trabajo?
La gente se piensa que soy un avaricioso con el dinero, pero todavía no he cumplido los años mínimos para pedir una excedencia. Es un castigo más mental que físico. Además, es como tener dos trabajos, renuncias a demasiadas cosas. El tiempo que estás trabajando no estás con tu familia o con tu pareja.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).