- Berta Segura asalta el trono y Óscar Husillos, sin mínima olímpica, defiende su corona en los 400m en La Nucía
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Berta Segura (Lleida, 2003) acabará el año como la mujer más rápida de España en dar una vuelta a la pista. Sus 51,68s con los que se proclamó campeona nacional absoluta en La Nucía la igualan a Blanca Hervás, un año mayor. Con solo 21 años, tiene una trayectoria para presumir en el atletismo. Ya ha sido olímpica en París, ya ha corrido dos finales europeas absolutas con el joven relevo 4x400 metros con el que ha batido dos veces el récord de España, y con el que ha subido al podio de un Europeo sub-20 (plata en 2021) y de un Sub-23 (bronce en 2023).
Quien lo diría de una mujer que hasta hace poco más de cuatro años no se atrevía a ponerse un dorsal, aunque empezara a correr al final de su infancia. le valió consagrarse como una gran promesa emergente que mereció el patrocinio de Puma. Disfrutaba de entrenar, pero el fin de semana prefería quedarse en casa. Era demasiado competitiva como para aceptar una derrota. Y ahora, sin embargo, disfruta, gana y estudia Psicología. Quiere entenderse y ayudar a los demás.
La discípula de Iván Espílez, un ilerdense de 43 años que tuvo que aprender a entrenar a velocistas porque lo suyo eran distancias más largas, también ha brillado a nivel individual. Hace dos años, terminó 6ª en el Mundial sub-20 de Cali, lo que le valió consagrarse como una gran promesa emergente que mereció el patrocinio de Puma, y en las oficinas de la marca alemana en Cornellà (Barcelona), nos atiende y nos cuenta su historia.
Runner's World: Marcas personales en pista cubierta, en el libre, juegos olímpicos, ¿qué valoración haces?
Berta Segura: Este año me lo he tomado mentalmente diferente y creo que esto se ha visto la pista en los resultados. Al final, venía de 2022 un año buenísimo, que fue como una explosión a todo el trabajo de años. Y 2023 psicológicamente no lo afronté como debería y eso hizo que no tuviese los resultados que esperaba. Este año me dije que no se iba a repetir. Empecé con un psicólogo que me ayudó a llevar esto mucho mejor y no tengo ninguna queja.
¿Por qué dices que no lo afrontaste como deberías?
A veces te pones unas expectativas o querer llegar a un nivel para el que físicamente estás muy bien, pero hay cosas a tu alrededor que hacen que no rindas al 100%. También aprendí que en el atletismo hay épocas muy buenas, pero al final es el conjunto lo que sumo.
¿Con qué momento te quedas de tu 2024?
Obviamente, con París, que fue una experiencia increíble, pero siempre digo que de este año, mi momento favorito es cuando nos clasificamos en Bahamas para ir a París [en el relevo 4x400 metros]. Creo que disfruté más ese momento con las chicas, era a todo o nada porque yo sabía que o entrábamos o ya no iría a París porque en individual no iba a entrar. Era de noche, allí lo vivían muy intensamente y fue increíble. En París me quedo con el momento de salir a la pista y darte cuenta de que realmente estás allí, que hasta entonces igual no eras consciente. Y al llegar allí estaba lleno, me costó un poco afrontar ese momento. Fue un sueño.
¿Qué pudo hacerse mejor en París?
No sé si falló algo o no falló nada. Eran chicas muy buenas que nos ganaron porque eran mejores que nosotras, pero todas dimos el 100%, y no solo en París, sino desde mayo. No nos podemos reprochar nada. No hicimos nuestra mejor actuación ni mucho menos, pero también hay que saber correr en los Juegos Olímpicos, que ninguna de las cuatro nos habíamos enfrentado a eso. [España terminó 5ª en su serie con 3:28.29, lejos del récord de 3:25.25 del Europeo de Roma, donde fueron 7ª en la final].
¿Cómo llegas al atletismo?
Mi hermana, que me saca cinco años, empezó a correr y yo a esa edad copiaba lo que hacía ella y me puse a correr. Al principio no me gustaba, solo lo hacía un día a la semana por estar con mis amigas, pero los entrenadores me empezaron a decir que me lo tomara más en serio porque podía hacer grandes cosas en el futuro. Y al principio no competía, solo entrenaba, porque el mundo de la competición era muy grande para mí. No estaba preparada mentalmente para afrontarlo por ese mismo miedo de no cumplir las expectativas. Por eso este año he cambiado el chip para ser un poco más realistas, primero pequeños objetivos y luego el grande. Y hasta ahora, ha ido bien.
Entiendo que entonces tus compañeros de entrenamiento competían cuando llegaba el fin de semana y tú no.
Sí. Yo cuando pensaba que la semana siguiente tenía que competir, aunque fuera un cross cuando era pequeña, era un sufrimiento. Toda esa semana no dormía nada, me iba a la cama pensando '¿por qué tengo que ir a ese cross si no quiero ir?'. Y además lo hacía fatal porque justo el día antes le decía a mi madre que no quería ir, y ella me decía que si no quería lo dijera desde el principio, que ya entonces no se podía decir que no. Y al final decía que me dolía la barriga o lo que fuera para no ir, y cuando me quedaba en casa era un alivio. Ahora lo pienso y digo '¿cómo puedo estar con un equipo sin competir?'. Ahora lo necesito. Tengo que competir porque sino no tengo esa chispa o motivación entrenando.
¿Qué parte te agobiaba de que llegara el fin de semana y tener que competir?
No ganar, sobre todo no ganar. Desde pequeña siempre he sido muy competitiva, mucho, no como una virtud, sino como un defecto. Mis padres me decían que no siempre iba a ganar, ni en el deporte ni en los estudios ni en cualquier otra cosa de mi vida. En 2023 empezó a haber cosas que antes se me hacían más fáciles de hacer, como una marca o un entreno que estaba acostumbrada a hacerlo a un ritmo que me resultaba fácil, y de repente no, o de gente que no me había ganado que me ganaba. Y ahí vi que obviamente el mundo era muy grande, que no soy la mejor y que siempre me ganarían, que tengo que estar preparada para no verlo como algo negativo, sino al revés, como una motivación de que si ellas pueden, yo puedo llegar a su nivel. Esa es la razón por la que creo que este año ha subido mucho el nivel. Nadie se esperaba hacer un 51 [segundos] y han caído dos. En las concentraciones del relevo vemos cómo entrenamos y estamos todas muy iguales, así que si una lo puede hacer, motiva a la otra, y esto nos beneficia a todas.
¿Tuviste alguna mala experiencia en tu adolescencia que te frustrara como para no querer competir?
No, nada. Es curioso. Directamente no competía, me daba muchísimo miedo. Nunca he profundizado en este tema, porque ya casi ni me acuerdo de cómo era en ese momento, pero mi madre me explica que tenía una ansiedad de ponerme el dorsal y salir a competir, que no quería asimilarlo.
¿Cuándo fue tu primera competición?
En la pista cubierta del año del Covid [2020], un relevo en una liga española de clubes. Me dijeron que éramos cuatro, que no me jugaba nada si salía mal para hacerme sentir mejor. Y me encantó la sensación de estar compitiendo, del público, aunque había cuatro personas, pero nunca lo había sentido. Llegué a casa y dije 'me ha encantado'. Es verdad que cuando tuve que volver a competir me volvieron a entrar los miedos y hasta que no llevé unas cuantas no me acostumbré.
¿Ganasteis aquel relevo?
No me acuerdo. Al final me quedé con el recuerdo y no con el resultado.
Dos años después, en 2022, en el Campeonato de España absoluto de Nerja volviste a estar a punto de no correr la final. ¿Qué pasó?
Esa noche lo pasé fatal, fatal. Corrí las semifinales y me fue superbién. Estaba con el Lleida, en un pueblo de mala muerte cerca de Nerja y estaba sola en el hotel porque todos los de mi club no habían pasado a la final y se fueron de fiesta. Y yo pensaba '¿qué hago aquí sola?'. Le decía a mi madre que no quería estar ahí, que me quería ir a casa. Y esa noche me bajó la regla, tenía un dolor de tripa increíble y dormí muy poco. Al día siguiente Iván me dijo que calentase y si me veía mal cuando se acercara la final, lo dejara. Al final, los médicos me dieron una pastilla para el dolor, me probé, y cuando terminé la carrera no me lo creía. Físicamente estaba bien y se vio, pero esa noche fue un punto de inflexión de que no me podría volver a pasar. [Berta Segura quedó subcampeona de España y mejoró su marca personal a 52,66s].
¿Cómo superaste aquello?
Llorando, regresando con mi familia y reconociendo que aquello no podía pasar y que debía tener los recursos para solucionarlo.
Entonces ya habías empezado a estudiar Psicología.
Sí, pero no me servía para nada. Lo que estudiaba no me lo aplicaba.
¿Decides estudiarlo por lo que te pasaba o era una vocación que ya tenías?
Me gustaba mucho el tema de la mente a nivel más clínico, pero sí, cada vez más me gusta más el ámbito deportivo de la psicología. En un futuro no descarto que me dedique a esto, porque creo que con mi experiencia puedo ayudar a gente que se puede encontrar en un punto parecido al mío.
Y el año pasado empezaste con un psicólogo.
Bueno, empecé este año, en febrero o marzo, antes de Bahamas, por si allí no nos clasificábamos para París. Pienso que toda mi temporada se basaba en ese momento. Entrenaba porque mi motivación era que había Juegos en verano, aunque hubiera Europeo. Y saber en mayo que vas o no vas era una motivación muy alta que de repente podía irse, así que necesitaba a alguien que me ayudara si no me clasificaba.
¿Por qué los 400 metros?
Cuando era cadete hacía 600 metros, que era lo que había, y me dieron a elegir el 'cuatro' o el 'ocho', y como el 'ocho' lo veía larguísimo me quedé con los 400m, que también los hacía mi hermana.
¿Cuál es la parte que se te hace más dura de un 400?
La presentación. Lo paso fatal, porque nunca se acaba. Y el momento de la salida de tacos. Cuando corro, no pienso en nada, y los últimos metros se hacen duros pero lo haces por inercia, tu cabeza no piensa realmente. Creo que el momento en que eres consciente de que estás a punto de correr es el peor.
¿Cuánto entrenas ahora? ¿Doblas sesión, te has profesionalizado más?
Sí, al principio entrenaba muy poco mi hermana siempre decía que era injusto. Para mí ella es un ejemplo de trabajo y constancia porque hace lo mismo que yo y se mata entrenando y la admiro, porque poca gente entrena tanto como ella [su hermana Mar, de 26 años, tiene 54,78s en 400 metros]. Y al principio si por la mañana no quería entrenar, no iba, pero después del Mundial de Cali empezamos a ser constantes, disciplinados, responsables porque las cosas no caen del suelo y sino te pasan por delante. Por ejemplo, ahora estoy empezando a doblar lunes y miércoles y entreno de lunes a sábado. Tres sesiones de gimnasio, dos de series, y algo más de pliometría o de técnico. Sobre todo en pretemporada, a partir de diciembre bajamos la carga.
¿Cuál es tu entrenamiento favorito y el que más odias?
Tengo como un extremo o el otro. O 2x500 metros con recuperación buena y yendo a full o sino 220 ó 250 metros o más corto. Los que más odio son los que estoy haciendo ahora [en pretemporada[, que me estoy muriendo. El otro día tuve un 1.000, un 400, un 500 y dos 200m, que son larguísimas, pero a mi entrenador le gusta ir por arriba. Después, cuando la temporada se relaja, mi cuerpo lo asimila todo y lo agradece.
Entrenas en tu grupo de Lleida, donde eres la atleta más potente.
Sí, en mi grupo en el sector de la velocidad he estado entrenando sola, y en pretemporada que hago cosas largas las puedo hacer con los 800 metros y mediofondo, pero el resto del año estoy sola.
¿Te has planteado irte a otro grupo, a otra ciudad?
Obviamente habrá grupos mejores, pero creo que las comodidades que tengo en mi casa, en mi ciudad, con mi familia, mis amigos, no las encontraría. Soy muy casera y si me voy fuera, la balanza me pesaría más el haberme ido que entrenar con más gente. Estoy muy contento con mi entrenador y no he pensado en ningún momento cambiarme. He encontrado las ventajas de entrenar sola, de ser un poco más fuerte mentalmente.
¿Quién es tu referente en el atletismo?
Creo que mi hermana, que siempre me ha enseñado a tener los pies en la tierra, me ha compartido muchísimos valores y me ha enseñado que hay que trabajar, que aquí nadie te regala nada y hay que tener mucha constancia y responsabilizarte de tu trabajo. A nivel mundial, Sydney McLaughlin a todos los niveles o Femke Bol, que no sé quién me gusta más. Creo que Femke.
¿Crees que McLaughlin acabará batiendo el viejo récord mundial de 400m lisos, los 47,60s de Marita Koch?
Yo creo que esta mujer puede hacer todo lo que quiera y cuando quiera, y que antes de retirarse lo va a hacer, sí.
¿Y tú dónde ves tu límite?
No me lo quiero poner, no quiero obsesionarme con lograr algo antes de retirarme. Cada año me planteo cosas que antes ni pensaba, según lo voy viviendo. Quiero que entrenar nunca sea un sufrimiento, aunque algún día concreto te dé pereza, claro, hacerlo con gusto, que no lo padezca.
Y en 2025, ¿qué te plantea?
Hay muchísimas cosas, pero aún hay que priorizar un poco. Es mi último año en sub-23 y Pero este año tenemos el Europeo Sub-23 [en Bergen, Noruega, del 17 al 20 de julio] el objetivo es hacer una buena actuación, de top 5 para arriba. No lo quiero decir por si acaso lo gafo. Y con el relevo, hay Mundial en Japón y yo nunca he estado en uno, así que me gustaría participar.
¿Cuál es la parte que se te hace más dura de un 400?
La presentación. Lo paso fatal, porque nunca se acaba. Y el momento de la salida de tacos. Cuando corro, no pienso en nada, y los últimos metros se hacen duros pero lo haces por inercia, tu cabeza no piensa realmente. Creo que el momento en que eres consciente de que estás a punto de correr es el peor.
¿Qué sueño tienes en el atletismo? ¿Qué te gustaría haber logrado cuando te retires?
No lo suelo pensar, pero que me recuerden como una buena atleta, que la gente hable bien de mí. Me acuerdo de Aauri [Bokesa], que todo el mundo habla bien de ella. Que me recuerden que como una persona alegre, que siempre estaba ahí con una sonrisa aunque le fuese mal. Y a ver si este año cae el récord de España sub-23 [los 51,53s de Blanca Lacambra en 1986], aunque es complicado, y algún título más a nivel estatal.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).