A nadie se le escapa el nombre de Mondo (Armand a efectos oficiales) Duplantis, una de las grandes estrellas del atletismo a nivel internacional. Dueño del récord mundial de salto con pértiga, el cual ha mejorado hasta en diez ocasiones a los 24 años, voló por encima de los 6 metros y 25 centímetros para ganar el oro en los Juegos Olímpicos París. Aquel récord le duró alrededor de un mes, y descansa ahora un centímetro por encima hasta que el sueco regrese a la competición. Dos oros olímpicos, cuatro títulos mundiales (dos al aire libre y dos indoor), cuatro títulos en la Diamond League y cuatro oros europeos, dejando sin mencionar su éxito en categoría junior.

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SERGEI GAPON//Getty Images

En febrero de 2020, Duplantis borró del mapa los 6,16m de Renaud Lavillenie en la ciudad de Torun, Polonia, y desde entonces se sienta en el trono como mejor pertiguista de la historia, añadiendo pequeños hitos a su currículum de cara al debate contra los grandes que dejaron de competir antes incluso de su primera competición profesional. Ha perfeccionado la disciplina, y vive varios palmos por encima de su contemporáneo más exitoso, al mismo tiempo que se convierte en una total estrella mediática que añade nuevos aficionados al atletismo con eventos como su duelo en los 100 metros ante el plusmarquista de 400m vallas Karsten Warholm, a quien además ganó con 10,37 segundos.

La naturaleza evolutiva del deporte, desde la técnica hasta la tecnología, hace que lo nuevo sea, inherentemente, superior a lo antiguo. Mejores marcas, récords increíbles. Es nuestra responsabilidad usar la perspectiva para no perder las hazañas de los pioneros de cada disciplina y aprovechar la comparación con su entorno para entender realmente cómo de grandes fueron aquellos que preceden a las estrellas actuales. A fin de cuentas, Duplantis, tarde o temprano, será otro plusmarquista al que superaron. Echamos la vista atrás para redescubrir a todos aquellos Duplantis antes de Duplantis en el salto con pértiga.

Sergey Bubka

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Mike Powell
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David Madison

La sombra más vigente a la que se enfrenta Duplantis es la del ucraniano Sergey Bubka, que fue dueño del récord mundial durante 30 años, y fue el penúltimo hombre que pudo presumir de la plusmarca hasta Mondo pese a dejar de competir en el año 2000 en un intento fallido de ir a los Juegos de Atenas a los 36 años.

Bubka fue cinco veces campeón del mundo entre 1983 y 1997, pero tan solo logró un oro olímpico, en Seúl 1988. Su primer récord mundial llegó en 1984, cuando pasó por encima del listón en 5,85 metros en Bratislava. Desde entonces, con la única interrupción de Thierry Vigneron durante un mitin en Roma durante unos minutos, mejoró su récord mundial hasta en 34 ocasiones (haciendo separación entre el aire libre y la pista cubierta). Rompió, por el camino, las barreras redondas de 5,90; 6,00 y 6,10 metros, hasta retirarse con una marca personal de 6 metros y 15 centímetros.

Desde su última plusmarca en Sestriere, ciudad que acogió el salto más largo de la historia dos años antes, hubo que esperar 20 años hasta ver un relevo en la lista de récords mundiales. En febrero de 2014, Renaud Lavillenie, también maldito en los Juegos Olímpicos, registró 6,16 metros en el mitin bajo techo de Torun, Polonia, donde perdería el récord a manos de Duplantis seis años después.

Yelena Isinbayeva

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Ian Walton
yelena isinbayeva
Cameron Spencer

En la pértiga femenina, aun una década y pico más reciente, se recuerda de una manera muy similar a Bubka a la rusa Yelena Isinbayeva, que se retiró del atletismo en el Mundial de Moscú en 2013 y sigue siendo la plusmarquista mundial con 5 metros y 6 centímetros. En su vitrina, tres oros mundiales y dos olímpicos al aire libre. Desde su primer récord hasta el último, mejoró un total de 24 centímetros, con tan solo dos interrupciones en 2004 a manos de su compatriota Svetlana Feofanova, aunque ninguno de sus récords duraron más de tres semanas.

Isinbayeva imprimió su nombre en solitario en la cumbre de la pértiga en una época de muchísimos grandes nombres y constante evolución. Desde 1995 hasta 2005, hubo 51 récords mundiales diferentes, de los cuales 14 son a nombre de Isinbayeva, y eso que el primero lo alcanzó en 2003 y siguió mejorando su marca hasta 2009. Yelena Isinbayeva fue la primera mujer en superar los 5 metros, club al que, más de 20 años después, solo se han sumado tres nuevas atletas. De los once saltos válidos que ha habido en la historia sobre 5,00 metros, siete pertenecen a la rusa. Entre aire libre y pista cubierta, batió el récord mundial un total de 28 veces.

Emma George

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Nick Wilson
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Darren England

Todos los récords de Isinbayeva podrían no haber llegado a ocurrir, o al menos no a tal escala, de haber salido bien la historia de la australiana Emma George. El mundo de la pértiga cambió cuando el 30 de noviembre de 1995 un mitin en Australia acogió el récord mundial de una debutante de 21 años, la pelirroja Emma George, que fue trapecista en un reputado circo oceánico antes de atleta. Diecisiete días después, en Perth, regresó para mejorar sus 4,25 metros iniciales hasta 4,28 metros, ya seis centímetros por encima de la checa Daniela Bartová.

George mejoró el récord mundial en doce ocasiones, y lo hizo pasar de los 4,25 metros en los que lo recogió hasta los 4,60m que consiguió en Sídney meses antes del Mundial de Sevilla 1999, el primero en el que se disputó la pértiga femenina. Antes incluso de cumplir los 25 años, Emma George sufrió una gran caída en los entrenamientos previos a la competición en La Cartuja y se lesionó gravemente la espalda. Innumerable operaciones después, la australiana tuvo que retirarse en 2003, renegando del sueño olímpico en Atenas a causa de la persistente lesión que sufrió en España.

Pionera talentosa que nació para la pirueta y la pértiga, cuya proyección fue truncada antes de cumplir los 25 años (punto exacto de la carrera de Duplantis en la actualidad). La mujer que ganó ese primer oro mundial, la estadounidense Stacy Dragila, tres años mayor que ella, fue quien tomó su relevo y unió, tras 21 centímetros de mejora sobre sus 4,60m, a Emma George con Yelena Isinbayeva. El entrenador de Emma George llevó años después a su compatriota Steve Hooker, oro en Pekín 2008, y el cuarto pertiguista que más alto ha saltado nunca, tan solo detrás de Duplantis, Lavillenie y Bubka.

Stacy Dragila

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Mike Powell//Getty Images
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GABRIEL BOUYS//Getty Images

Stacy Dragila es la definición de la palabra pionera en el salto con pértiga. Cogió el relevo de Emma George en la sucesión de récords mundiales (aunque ya había asaltado el de pista cubierta) en La Cartuja, en 1999, donde se coronó como la primera campeona del mundo de la historia de la disciplina. El verano siguiente, en Sídney, se hizo también con el primer título olímpico de la pértiga femenina, antes de repetir corona mundial en Edmonton al año siguiente.

En cuestión de dos veranos (desde sus 4,60m en Sevilla hasta sus 4,81m en Palo Alto), Dragila mejoró en 21 centímetros el récord mundial, antes de ver cómo lo superaba Yelena Isinbayeva en Gateshead, Reino Unido, en 2003. Fue el nexo entre Emma George y la rusa, la antepenúltima mujer en registrar un récord mundial en la disciplina, más de 40 años después de su primera plusmarca.

Cornelius Warmerdam

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Bettmann
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Mucho antes de la fibra de carbono y sin apariciones olímpicas a causa de la Segunda Guerra Mundial, la historia del salto con pértiga guarda un enorme capítulo para la aportación del estadounidense Cornelius Warmerdam al salto con pértiga. El californiano, que compitió con pértiga de bambú y siguió saltando hasta los 60 años, edad a la que seguía haciendo decatlones, marcó un antes y un después muy significativo en la disciplina.

Su primer récord mundial ratificado (pues sin ratificar registra muchas otras marcas) fue de 4,60 metros en el año 1940. Desde entonces, se convirtió en el primer hombre en saltar por encima de los 15 pies de altura (4,67m). A lo largo de su carrera, lo hizo hasta en 43 ocasiones, y se retiró de la competición antes de que ningún otro lo consiguiera. Su último récord, de 4 metros y 77 centímetros, estuvo vigente durante 15 años, hasta que Bob Gutowski superó los 4,78m en 1957, con una pértiga de metal.

Warmerdam se quedó sin Juegos Olímpicos en 1940 y 1944 por la Segunda Guerra Mundial, y no fue elegible para los de 1948 pues ya era entrenador profesional. Fue uno de los primeros grandes atletas 'master' y no dejó de hacer atletismo hasta que se retiró como entrenador de la Universidad de Fresno State en 1980 (a los 65 años). Falleció en 2001, en su estado natal, tras años de lucha contra el alzhéimer.

Evidentemente, la tecnología acentúa las etapas de gran dominio y mejora en las marcas en esta (y cualquier) disciplina. Desde el bambú hasta la fibra de carbono, así como desde la arena hasta las cómodas colchonetas de la actualidad, muchos Duplantis se han dado el relevo hasta Mondo. Ahora es turno del sueco, que volverá en la temporada de invierno para intentar colocar, centímetro a centímetro, algo más alto el techo del humano en el salto con pértiga.

Headshot of Álvaro García

 Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.

Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura.  Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.

Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.

Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.

Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.