Gallur acogió hace tres años el ahora ya obsoleto récord mundial de Grant Holloway en los 60 metros vallas. El aún invicto en la distancia estadounidense borró el registro de Colin Jackson y bajó por primera vez en la historia de 7 segundos y 30 centésimas. Aquel récord se añadió, hasta su mejora en Albuquerque este año, al libro de récords vigentes establecidos en Madrid. En esa lista encontró escasa compañía, como los 15,43 metros de Yulimar Rojas en el triple salto de la edición anterior del mismo mitin. Echando la vista (muy) atrás, también en pista cubierta y en formato 2x1, la rusa Irina Privalova mantenía una doble plusmarca lograda en la capital española. Han pasado tres años del récord de Holloway, cuatro del de 'Yuli' y más de 30 de los de Privalova, y tan solo los registros de la ahora alto cargo de la federación rusa siguen intactos.

irina privalova
Olivier Prevosto//Getty Images

Para recordar la hazaña de Irina Privalova en Madrid hemos de remontarnos al año 1993, cuando el mitin indoor de Madrid se celebraba en el Palacio de los Deportes, predecesor del ahora conocido como WiZink Center que ardió en 2001, en lugar de en Gallur. El atletismo en pista cubierta, al igual que en la actualidad, era feudo europeo. Entre europeos, los atletas de las repúblicas anteriormente soviéticas dominaban gran parte de las pruebas; aquellas en las que no lo hacían 'las Alemanias'. Madrid era entonces la capital de la velocidad bajo techo. En 1992, un duelo inolvidable entre Irina Privalova y la incombustible Merlene Ottey dejó las dos marcas más rápidas de la historia hasta el momento, con récord mundial y victoria para la jamaicana (posteriormente también eslovena) con 6,96 segundos, con una sola centésima de ventaja sobre la rusa.

Aquella fue la última ocasión en la que el récord mundial de 60 metros perteneció a una persona que no fuera Irina Privalova. Los 6,96s de Merlene Ottey duraron únicamente hasta el siguiente mitin de Madrid, donde la europea logró redención ante el fantasma de la jamaicana y voló por la pista del Palacio de los Deportes para detener el cronómetro en 6 segundos y 92 centésimas, una décima completa por debajo del récord que Ottey y ella batieron en la edición anterior. Ese tiempo es, hasta el día de hoy, el más rápido de toda la historia en la distancia. Lo es, además, por partida doble. En el año 1995, Privalova volvió a correr en 6,92 segundos en Madrid, estableciendo esta vez, también, una plusmarca mundial en los 50 metros: 5,96 segundos. Ninguna otra mujer en la historia ha bajado de seis segundos en el medio hectómetro, aunque no es una distancia precisamente popular.

El legado de Irina Privalova sobre la pista es gigantesco. Además de hacer perenne el nombre de Madrid entre las ciudades con récords mundiales en su mochila, tiene un currículum que le sitúa como una de las velocistas más polivalentes de toda la historia. En adición a las plusmarcas en 50 y 60 metros, la rusa ostenta hasta el día de hoy la mejor marca histórica en los 300 metros bajo techo (35,45s), marca que igualó hace cinco años Shaunae Miller-Uibo en Nueva York. Bajó de 6 segundos en los 50 metros, de 7s en los 60m, de 11s en los 100m, de 22s en los 200m, de 50s en los 400m y corrió los 400 vallas en 53,02. Entre sus marcas personales destacan también los 8,16s en los 60 metros vallas, los 13,56 en los 100 vallas, sus 6,17 metros en la longitud y los 13,72 que alcanzó en el triple salto.

Dejando de lado los récords, Privalova fue campeona del mundo de 60, 200 y 400 metros en pista cubierta, así como campeona de Europa de 100 y 200 al aire libre. No compitió en Seúl por su primer embarazo, pero eso no le privó de la gloria olímpica. En Barcelona 1992 logró una plata con el 4x100m ruso y el bronce individual en los 100 metros, y en Sídney se proclamó campeona olímpica de 400 metros vallas en unos Juegos en los que consiguió también el bronce en el relevo largo. Sin éxito, llegó a intentar pasarse también al 800m para competir en Atenas 2004 (llegó a correr en 2:09,40).

Sus récords del mundo 'madrileños' han estado tres décadas lejos de peligro, con permiso de los 6,95s de Gail Devers en 1993. Ya treinta años después de la marca de Privalova en Madrid, en 2023, dos atletas de universidad protagonizaron el rifirrafe más cercano a esos 6,92s desde la retirada de la rusa. Aleia Hobbs y Julien Alfred (la ahora campeona olímpica de 100 metros) corrieron en 6 segundos y 94 centéismas Maratones Europa 2025, en la misma pista de Albuquerque que acogió el récord mundial de Grant Holloway en las vallas.

La santalucense Alfred, que ha bajado cinco veces de 7 segundos, parece la principal amenaza para el último récord a nombre de Madrid que aún permanece en las listas de World Athletics, aunque otros nombres como la propia Aleia Hobbs, Mujinga Kambundji, Mikiah Brisco, Dina Asher-Smith o Ewa Swoboda podrían opositar a borrar los 6,92 segundos de Privalova. Por otra parte, al tratarse de una disciplina en pista cubierta, siempre quedará la duda de cómo de rápidas podrían haber sido las estrellas jamaicanas de esta generación de haber competido bajo techo con el ímpetu de Merlene Ottey en los 90's. Tanto Shelly-Ann Fraser-Pryce como Elaine Thompson-Herah llegaron a bajar de 7 segundos en sus muy escasas participaciones en los 60 metros.

España sigue siendo dueña de muchos récords mundiales en calidad de anfitriona, con especial énfasis en la ruta gracias a Barcelona y Valencia. Hasta nuevo aviso, también parecen bastante protegidos los 2,45 metros de Javier Sotomayor en la altura en Salamanca y el 5:23,75 que Genzebe Dibaba registró en los 2.000m en pista cubierta en Sabadell. El World Indoor Tour regresará este invierno una vez más a Madrid, donde ya han caído dos récords mundiales esta década. Hasta entonces, Irina Privalova espera en solitario en los libros de historia.

CASCHO Auriculares in-ear Inalámbricos Deportivos

Auriculares in-ear Inalámbricos Deportivos
Publicidad - Sigue leyendo debajo
Headshot of Álvaro García

 Álvaro García es un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid cuya pasión es la comunicación y el deporte. Sobre todo la comunicación deportiva.

Se enamoró del deporte a los tres años, viendo los Juegos Olímpicos de Beijing en un hotelillo de Fuerteventura.  Desde que le regalaron una máquina de escribir a los 12 años no ha parado de hacer artículos sobre todas las disciplinas deportivas que conoce. De esta forma se dio cuenta de que quería ser periodista muy temprano y decidió fundar su propia revista deportiva, Chapman. Revista en la que tratan temas relacionados con la actualidad deportiva del fútbol, baloncesto, tenis y atletismo, entre otras especialidades.

Gracias a ello ha estado acreditado en competiciones de RFEA y World Athletics, mundiales FIBA, Liga ACB, mundiales de hockey hielo, de X-Trial, partidos de rugby en el Metropolitano y muchos otros eventos que antes seguía por televisión.

Tiene la costumbre (o manía) de ir estrechando manos y presentándose a colegas y deportistas. Y es un aficionado al deporte de domingos, el de ver en el sofá y el de jugar con amigos en el primer terreno que se preste.

Actualmente lleva las redes de Runner’s World y escribe sobre actualidad del mundo del atletismo los fines de semana.