Los 3.000 metros obstáculos, siete vueltas y media, barreras y rías, se convierten casi en una ciencia exacta cuando los corre Soufiane El Bakkali, el tallo invencible de Fez, siempre victorioso en cualquier tipo de final, rápida o lenta, despejada o entrampada como la de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde el atleta de 1,91 centímetros, siempre visible en el pelotón estrenó el medallero de Marruecos con su segundo oro olímpico en la prueba, como solo lograron el finlandés Volmari Iso-Hollo en 1932 y 1936 y Ezekiel Kemboi en 2004 y 2012, y nadie le bate en el gran escenario internacional desde 2019.
El obstaculista africano jamás toma la iniciativa, siempre confiado en su velocidad final, y dejó hacer a los etíopes Firewu y Wale y al indio Sable, que llevaron el primer kilómetro a 2:40 minutos y rebajaron el ritmo a 2:50 el segundos, y todos se apelotonaron, ensalada de patadas y pisotones, de peleas por la posición que sufrió el español Dani Arce –"no ha sido nada limpio, pasabas, te ponías detrás, te entorpecían", lamentaba en TVE– y que con la inteligencia y la suerte de los campeones esquivó El Bakkali, que explicó que una lesión ha causado que estuviera escondido durante toda la temporada, en la que solo ha corrido –y ganado– en la Liga de Diamante de Rabat ante su afición, además de terminar tercero en el Cross de Elgoibar.
Por momentos, el burgalés pareció acercarse, vislumbrar la espalda del marroquí a falta de vuelta y media, cuando éste no quiso meterse en problemas y franqueó el paso a los rivales. Solo era el espejismo de un hombre capaz de completar la última vuelta en menos de 58 segundos, y rematar solo en la recta final en un tiempo de 8:06.05. "En los últimos 2000 metros, fui realmente rápido porque esa es mi especialidad", contó El Bakkali, tan obvio, y dedicó su triunfo "al rey de Marruecos y luego a todos los marroquíes que me apoyan".
El remate final se lo dio El Bakkali tras la última ría a Kenneth Rooks (8:06.41) y al keniano Abraham Kibiwot (8:06.47), y conviene detenerse en el estadounidense, un hombre de 24 años que hasta la final no había bajado de 8:15, y que atacó con decisión en el antepenúltimo obstáculo, sorprendiendo a Lamecha Girma, el eterno subcampeón etíope, el dueño del récord mundial de la prueba, que cayó de forma dramática, se quedó inconsciente y terminó en el hospital fuera de peligro, y atrapó una plata olímpica completamente inesperada.
Rooks, de 24 años, se convirtió quizá en el ejemplo y la inspiración de los atletas humanos, de los no africanos que ven cerrada la puerta a las medallas mundiales en la prueba, como Arce, el único europeo de la carrera, que se quedó sin diploma olímpico, sufridor de la última vuelta, 10º en 8:13.80. "Pero estoy muy contento, di todo lo que tenía", celebró el 'caimán' burgalés, apoyado como siempre en las gradas de Saint Denis por sus amigos.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).