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Cómo mantenerse en forma después de los 40 Campeonato de España de atletismo en pista cubierta de Ourense tenían un número que sobresale. Entre muchos 'noventas' y 'dosmiles' había un 76. De 1976. Alejandra Gálvez, la abuela del campeonato.
La ficha de World Athletics contaba algo más inusual. Compitió en el Campeonato de España al aire libre en 2002 y no volvió a hacerlo hasta 2020. Un hueco en blanco de 18 años.
Y ella aporta algo más. "Este año es muy especial, no solo porque vaya yo con 46 años, sino porque también va mi hija con 15. Las dos al 1.500m". Y efectivamente, la lista señala a Daniela Sierra Gálvez, nacida el 28 de diciembre de 2008, que será la benjamina en Ourense. Nunca antes en la historia del campeonato se habían enfrentado una madre con su descendiente.
Entrenador del mes, la de una mujer que hace malabarismos para entrenar, criar tres hijas de 15, 12 y 7 años, y ser la responsable de la Unidad de Endoscopia Digestiva en el Hospital de Torrecárdenas de Almería. La de una chica que cuando a los 13 años se cansó del tenis y el balonmano le dio por el atletismo, primero corriendo, luego probando las combinadas, que volvió después al mediofondo, y se quedó a las puertas de entrar en el CAR cuando se trasladó a Madrid a estudiar Medicina en la Universidad Autónoma, y allí aprendió con Guillermo Ferrero, el entrenador entonces de Fabián Roncero. La atleta que corrió un par de finales nacionales en los 800 metros, 6ª en 1999, 4ª en 2001, que llegó a tener 2:07 minutos de marca, pero que se rindió a los 24 años cuando se cruzó una gripe que le obligó a renunciar a la temporada de invierno, y llegó el examen MIR, y una buena nota, y la oportunidad de volver a su tierra, y allí sigue. "Ya era imposible, llegaba a tener siete u ocho guardias al mes, así que corría populares para seguir entretenida, o jugaba al padel o nadaba, jamás he dejado de hacer deporte, pero me desligué totalmente del atletismo".
Y pasaron los años, y los embarazos, y las niñas, que un día tendrían que empezar a hacer deporte. Y el atletismo, claro, era una apuesta segura, un juego más reglado, dice Gálvez. La mayor empezó a competir con nueve años, y la madre esperaba en la grada inquieta, porque algo ardía dentro: el deseo de volver a competir. Solo habían pasado diez meses de su último parto, encima complicado, pero se atrevió a preguntar a Antonio Orta si podía unirse al grupo de entrenamiento.
Y aquello se empinó. "Me costó muchísimo trabajo. Me dolían los tobillos, las rodillas, pero como soy cabezota, seguí. Ahora veo el vídeo del primer 400m que hice y no podía ni correr, pero hice 1:03, que tampoco está tan mal, así que seguí entrenando y ese año en el Mundial Máster de Málaga [2018] corrí en 2:20, que ni me lo esperaba, y pasé a la final, aunque luego quedé la última", recuerda.
Gálvez no evolucionó el año siguiente, ya pasados los 40, y eso le inquietó, así que empezó a trabajar con Roberto Izquierdo y cambió de método. Más fondo, menos velocidad. "Fue un cambio total de entrenamiento, mucho más aeróbico, intervalos, farklek, series más largas con menos recuperación, dejé un poco de lado la velocidad", explica.
La nostalgia de volver a Vallehermoso
Y cuando tras el confinamiento se estableció que el Campeonato de España de ese 2020 sería en Vallehermoso, donde había entrenado veinte años antes, se empeñó en ir en los 800 metros, su prueba de entonces. Aquello era una magdalena de Proust demasiado dulce y ella, todo voluntad. Alquiló una casa con su familia en el Cabo de Gata y allí se entrenó todo el verano, y hasta se subió a Alcobendas para sacarse la mínima solo una semana antes del Nacional, cuando el tiempo se agotaba. Corrió en 2:12 y ya entonces pudo celebrar ser la más vieja del campeonato.
El método de Alejandra Gálvez siguió funcionando. En 2021 corrió en 2:09, casi tan rápido como cuando era joven, y en la pista cubierta hasta superó a su versión veinteañera por unas centésimas, con 2:12.17. Tiene el récord mundial máster W45 en 800m bajo techo con 2:12.24. Y corrió ligas, campeonatos, se enfrentó a algunas de las mediofondistas de moda del momento, Águeda Marqués o Daniela García, y llegó el momento, hace pocos meses, en que podía empezar a entrenar con su hija Daniela, que ya está estrenando la categoría sub-18 y saltaba al 'milqui'.
La evolución de la mayor dibujó un camino: el enfrentamiento en el Campeonato de Andalucía de Antequera el pasado 4 de febrero, las dos equipadas con el azul celeste del Trops-Cueva de Nerja. Ganó la hija a la madre, 2ª contra 3ª, pero lo importante es que hicieron estrategia de familia, cada una tiró durante dos vueltas, y las dos pararon el cronómetro en 4:37 minutos, una marca inferior a 4:42 y que, por tanto, les permitía ser repescadas para el Campeonato de España absoluto, algo que consiguieron por los pelos, ya que llegan con las dos últimas marcas de las 36 atletas para las que había sitio.
"Ella no iba a ir porque tiene su campeonato sub-18 una semana después [en Sabadell], pero esto es como un regalo con todo el esfuerzo que hemos hecho entrenando, y además está como loca porque verá a sus ídolos, los tendrá cerca en toda la carrera, y que vayamos las dos es super emocionante, muy chulo, el campeonato más especial de mi vida", cuenta Gálvez. "Yo estoy en decadencia y ella está subiendo como la espuma", bromea.
El sorteo debe decidir ahora si comparten serie en las semifinales del sábado (11:55 horas, Teledeporte o RTVE Play), y la pregunta es evidente. ¿Otra estrategia maternofilial? "Creo que estamos para hacer sobre 4:30. Si tenemos alguna estrategia, tampoco te lo voy a contar (risas). No, no, ya le he dicho que no la voy a dejar ganar, pero también te digo que eso pensaba cuando corrimos el andaluz el otro día y es verdad que no lucho la posición como se la lucharía a otra, cuando veo que me adelanta en curva te sale la vena madre sin poder evitarlo", reconoce.
Las dos llegan, en realidad, muy parejas porque al vigor adolescente de la niña se contrapone la constancia de la madre, que entrena cinco sesiones a la semana y dos de calidad mientras hace equilibrios para sacar hora y media libre. "No doy abasto ahora mismo, la verdad, porque todas las mañanas de 8 a 3 y luego tengo entre una y dos tardes o guardias a la semana, por eso me resulta difícil poder compaginar el entrenamiento, el trabajo, las actividades extraescolares, los campeonatos, todos los fines de semana estamos por ahí repartidos con las niñas mi marido y yo. Si tengo congresos fuera, las zapatillas siempre van en la mochila y así entreno en cualquier sitio", cuenta Alejandra, que está convencida de que su alejamiento del atletismo durante casi 20 años es clave para el rendimiento de ahora.
Tres lustros de barbecho para florecer
Alejandra Gálvez tiene clara la razón del éxito de su regreso a las pistas tantos años después. "Estoy segura de que si ahora puedo correr así es porque no lo he hecho todo este tiempo. Me he encontrado a Mayte Martínez [bronce mundial en 800m en 2007, entre otros grandes éxitos] y me decía 'lo que daría yo ahora para poder correr ahora como tu, pero me duelen los isquios, los tendones'. No es lo mismo entrenar tanto tiempo a alto nivel como ella a estar un poco preservada".
En realidad, siempre se mantuvo en forma, menos en la veintena, agobiada por residencias, guardias y formaciones, y más en la treintena, con pádel, natación y al final carreras populares, en las que sin exigirse mucho ha llegado a correr en 1 hora y 32 minutos. "Me costaba mucho rodar largo a buen ritmo, no podía rodar más rápido de 4:35 ó 4:40 el kilómetro, y ahora he hecho controlados de seis kilómetros a 3:45 ó 3:50. Yo no pensaba que pudiera llegar a hacerlo, pero sigo progresando en el aeróbico.
Gálvez sabe que su evolución natural sería correr en ruta, que el mediofondo es para las jóvenes. "Cuando hago algún entrenamiento de velocidad ya tardo mucho en recuperarme, y cada vez la toco menos porque es muy lesiva", cuenta, pero se impone el gusto por el trabajo de fuerza y la consciencia de que así mantendrá fuerte la musculatura. "Me compensa porque me gusta mucho entrenar el láctico, sentirme rápida". Y ya de paso, seguir echando un pulso contra el paso del tiempo, tan rápido que frente a ella corre ya la (no tan) pequeña Daniela.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).