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Bill Iffirg murió el pasado lunes 8 de enero a los 89 años, según el Everett Herald. Era el hombre que dejó una de las imágenes más icónicas de los atentados de la Maratón de Boston de 2013. Iffrig, que en aquel entonces tenía 78 años, estaba a pocos metros de la línea de meta cuando la fuerza de las bombas lo derribó. "Mientras caía pensé, 'esto podría ser el fin. Este será el fin de mi vida'", le contó a Runner's World en un reportaje en 2013.
Entrenador del mes, Iffrig está en el suelo con una camiseta sin mangas naranja eléctrico mientras tres oficiales de policía con chalecos amarillos fluorescentes están a sus pies, escudriñando la multitud. El humo de las explosiones llena el aire.
Iffrig, aturdido, se levantó y cruzó la línea de meta en 4h03:47, quedando cuarto en su categoría de edad. Fue uno de los últimos corredores en registrar un tiempo ese día, ya que los jueces de la carrera detuvieron inmediatamente la prueba e intentaron alejar a las multitudes de la carnicería de la calle Boylston. La imagen de Iffrig fue destacada en la portada de Sports Illustrated y compartida alrededor del mundo.
Cuando el presidente Barack Obama se dirigió a la nación después de los atentados, hizo de Iffrig un nombre conocido: "Como Bill Iffrig, de 78 años, el corredor con la camiseta sin mangas naranja a quien todos vimos ser derribado por la explosión—podemos ser momentáneamente derribados, pero nos levantaremos. Seguiremos adelante. Terminaremos la carrera".
Iffrig le dijo a Runner’s World que una semana después del ataque terrorista, una azafata en su vuelo desde Boston le dio una copia de la revista Sports Illustrated con su foto en la portada. También le ofreció una comida de cortesía y una copa de vino. Más tarde, su amigo y compañero de entrenamiento bromeaba, "Diablos, Bill, todo lo que hiciste fue caer".
Volvió a la carrera en 2015, dos años después de los atentados, cuando tenía 80 años, y corrió en 4h24:22, terminando segundo en su categoría de edad.
Carpintero y albañil, de Lake Stevens, Washington, Iffrig fue un corredor máster condecorado, según el Herald; tenía muchos títulos nacionales en su grupo de edad, y fue finalista para el premio Hombre del Año en Deportes del periódico en 2009.
Donna, la esposa de Iffrig durante 69 años, murió en noviembre. Le sobreviven dos hijos, cuatro nietos y dos bisnietos.
