Tori Bowie, tres veces medallista olímpica en Río 2016 y campeona mundial de los 100 metros lisos en Londres 2017, la última estadounidense en conseguirlo ante el dominio de las jamaicanas, murió sola en su casa de Winter Garden, en Florida, al ponerse de parto cuando estaba embarazada de ocho meses, según el informe forense al que ha tenido acceso medios estadounidenses como TMZ y Usa Today.

La autopsia ha descartado la hipótesis del suicidio en una atleta que había hablado de que sufría problemas de salud mental. La realidad es que estaba embarazada y sufrió con gran probabilidad una dificultad respiratoria y eclampsia, un aumento de la presión arterial que le hace sufrir convulsiones y que puede ocurrir a partir de la semana 20 del embarazo, si bien es raro que suceda.

Bowie estaba sola en casa y las autoridades encontraron el cadáver de la velocista cuando, preocupados por no saber nada de ella, acudieron a su casa. Al parecer, la estadounidense murió el 2 de mayo, aunque hasta seis días después su fallecimiento no se hizo público.

Bowie llegó a correr en 10,78 segundos los 100 metros lisos, en 21,77s los 200 metros, ambas marcas entre las 20 mejores de la historia, y además se desenvolvía bien en salto de longitud, donde llegó a saltar 6,91m en 2013 y se quedó a las puertas del podio mundial en Doha 2019. Tras no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio, corrió su última carrera el 4 de junio de 2022 en Florida.