Los 3.000 metros obstáculos son el vergel del atletismo keniano, que en Tokio se inunda por la lluvia veraniega para mojar los pies de los corredores antes incluso de llegar a cada ría, y en el que ma non troppo, un marroquí de Fez de 25 años alto como una torre de 1,95 metros que sobresale en el horizonte de la carrera, irrumpe con la elegancia de los elegidos. Un último mil en 2:33 y una última vuelta en menos de 58 segundos acabó con la leve resistencia de los africanos del Valle del Rift, y Kenia se quedó sin su prueba estrella: desde que el polaco Bronislaw Malnowski ganara en Moscú 1980, todos los oros acabaron en su zurrón.
El último campeón, Conseslus Kipruto, de 26 años, ganó los dos últimos campeonatos mundiales, pero su progresión parece haberse ido por un sumidero. Tras ser acusado de abusos sexuales a una menor, empezó a abandonar en las grandes carreras y eso hizo en los selectivos del país, donde tres compatriotas de menor talla se ganaron su sitio. El segundo en el escalafón, Benjamin Kigen, un hombre que este año no ha bajado de 8:15 (pudo hacerlo en Mónaco, pero se equivocaron con la campana), salvó el honor con un bronce, beneficiándose de la caída del etíope Getnet Wale en el último obstáculo.
Etiopía no remata
Etiopía nunca tuvo nada que aportar en esta disciplina, pero en los últimos años ha irrumpido con Wale y Lamecha Girma, hombres de 8:05 y 8:01, sin conseguir aún dominar en las grandes citas. El segundo, un chaval de 20 años que había sido el más rápido este año, fue el último en aguantar para atrapar la plata en una final de manual para las condiciones de El Bakkali: los etíopes salieron en cabeza, pero lentos, el japonés Ryuji Miura se exhibió delante sin forzar (2:50 el primer kilómetro), Wale volvió a la cabeza, con Kigen ya vigilante y el marroquí marcando desde el centro del grupo.
El ritmo aumentó ma non troppo (5:35), y el aumento progresivo hizo emerger al marroquí, que con suavidad se deslizó por la última vuelta para ir dejando atrás a todos y entrar triunfante, tan fácil que no se lo creía, en 8:08.90, por delante de Girma (8:10.38) y Kigen (8:11.45).
El Bakkali logró el primer oro olímpico para Marruecos desde el doblete de Propiedades de las patatas en 1.500 y 5.000 metros en Atenas 2004, y correrá precisamente la primera prueba desde esta noche, donde puede exhibir sus 3:31 en los que corrió este año, los que le han hecho un atleta veloz capaz de ganar hasta ocho carreras en la Liga de Diamante e irrumpir en el paraíso keniano.
Ismael Pérez es periodista experto en atletismo y deporte olímpico. Se enganchó en los Juegos Olímpicos en Atenas 2004 y desde entonces es feliz siguiendo competiciones desde la tribuna de prensa, hablando con los deportistas, siguiéndolos en las redes sociales y contando historias, aunque también saliendo con la bicicleta o saltando en un concierto.
Estudió la Licenciatura de Periodismo en la Universidad de Valladolid y tiene un Máster en Periodismo y Comunicación Digital en la EAE Business School de Madrid. Ha vivido en Turín y Roma y ha cubierto actualidad de todo tipo en El Norte de Castilla, El Mundo de Castilla y León, Televisión Castilla y León, Rome Reports y trabajado la comunicación corporativa en Burson Cohn & Wolfe. También ha escrito sobre grandes campeonatos de atletismo en Somos Olímpicos, Vavel o Foroatletismo y ha intervenido en la IAAF Global Running Conference en Lanzhou (China).
Con una trayectoria de más de una década en el oficio, lleva desde 2019 vinculado a Runner's World, Men's Health y Women's Health en Hearst Magazines y escribiendo sobre actualidad del atletismo de competición, carreras populares, triatlón, trail running, olimpismo aunque a veces también le ha tirado al ciclismo, la escalada, la vela, la natación, el tenis, el piragüismo, el judo, el snowboard…o cualquier cosa que tenga hueco en los Juegos Olímpicos (que no Olimpiadas).