Cuando Des Linden terminó 5ª en el Maratón de Boston el pasado 15 de abril, en una casa había un pequeño fan muy emocionado por verla.
Jennifer Kyle, de Pembroke (Massachusetts, Estados Unidos), tenía la carrera puesta en su televisión y su hijo de tres años Desmond se quedó paralizado por la corredora con un nombre similar al suyo. Le llamaba especialmente la atención el dorsal de Linden, tanto que lo replicó él mismo en un post-it con ‘Des’ escrito en grande por delante.
“No me considero una buena corredora, pero al ver a Mejores sustitutos del azúcar…ganando el año pasado con la lluvia, y el quinto lugar este año, es increíble”, explica Kyle a Runner’s World. “Me inspira”.
Desde la carrera, Desmond ha pretendido ser Linden. Su madre cree que el niño está en la etapa donde toma muchas personalidades, así que la atleta comparte ahora tiempo en su cabeza con el deseo de ser uno de los perros de la película de Disney ‘La dama y el vagabundo’. Pero Linden ocupa más tiempo.
“Le ha estado llamando Desiree, muy formal, y no sé por qué”, explica Kyle. “Pero ahora siempre está mareando y pidiendo ver vídeos de Des, siempre ‘¿puedo ver vídeos de Desiree corriendo?’
El encuentro del abuelo
Aquí podría acabar la historia, con Linden creando otro fan, pero no. Sigue con un encuentro casual. En el aeropuerto de Logan, unos días después de la carrera, el abuelo de Desmond, Scott Simmonds, vio que alguien que tenía cerca llevaba una chaqueta con el nombre escrito de ‘élite’. Lo adivinaste: era Linden con su marido, Ryan.
Simmond escribió a Jennifer, y él le respondió enviándole la foto de Desmond con su dorsal hecho a mano. Con eso en la mano, no podría irse sin mostrárselo a Linden.
“No soy el tipo de persona que interrumpe a famosos, ni me los encuentro habitualmente”, explica Simmonds a Runner’s World, “pero cuando estaban a punto de irse, fui hacia ellos con mi teléfono y le mostré la foto y le expliqué ‘es mi nieto, Desmond. Estuvo todo el día de ayer queriendo ser como tu’”.
Linden creyó que era adorable.“Su abuelo era superamable y estaba orgulloso de su nieto”, dijo Linden a Runner’s World. “Me enseñó la foto de Desmond con su pequeño post-it del dorsal, y pensé que merecía algo más”. Linden echó mano de su mochila, sacó el dorsal de la carrera, lo firmó y escribió ‘Desmond, persevera”.
Simmond mandó una foto del dorsal a Jennifer, y tan pronto como llegó a Gulfport, Mississipi, se lo envió por correo a su fanático e impaciente nieto. Pronto, el paquete llegó. Jennifer quería enmarcarlo, pero Desmond tenía otra idea.
“No le dejó a Jennifer enmarcarlo”, explica Simmonds. “Se lo quería poner”. Desmond llevó puesto el dorsal unos días, usando unos imperdibles al modo en el que Linden los usaba en la carrera. Ahora, está enmarcado en su habitación junto a unos ladrillos que deletrean su nombren.
Linden está feliz de que su dorsal anime al pequeño Desmond. “Era una cosa superfácil de hacer, y quién sabe, quizá tengamos un nuevo fan del running”, explica. “Esto será verdaderamente bonito cuando Desmond gane el Maratón de Boston en 2039. Sin presión”, bromeó.