Así consumimos arte en la era de Instagram: en un scroll infinito en el que dedicamos escasos segundos a cada imagen antes de pasar a la siguiente. Algo que es totalmente imposible ante la obra de Daniel Keogh. Hablamos con el artista sobre sus hipnóticos mosaicos poblados por memes e ídolos de la cultura pop.
Por mucho que haya quien recurra a la NASA (porque, al parecer, ellos son los que tienen la última palabra a esta respecto) para recordar que la década no se cierra en 2019, sino en 2020, los medios de comunicación ya han hecho sus apuestas y han recopilado concienzudamente lo mejor de los años 10 de este nuevo siglo. Y eso es algo definitivo. Lo interesante es que, por vez primera, nos hemos enfrentado a largos tops que se han dedicado a seleccionar los mejores memes de la década… ¿Y qué significa eso? Que ya tenemos toda una generación que es nativa del lenguaje meme.
Ahí se circunscribe precisamente Daniel Keogh , artista nacido hace 23 años en Bendigo (Australia) que también está marcado por otro rasgo muy común en su generación: una formación puramente autodidacta. Curiosamente, ambos factores han convergido en un imaginario artístico poderosamente hipnótico y profundamente reconocible: las obras de Keogh son como una especie de ¿Dónde Está Wally? en el que no hay un Wally, sino que todas y cada una de las figuras representadas ostentan una importancia igual a la de Wally. Pura democracia. #TodosSomosWally .
De esta forma, las piezas de este joven artista son verdaderos mosaicos infinitos ante los que te puedes pasar minutos y minutos no solo para reconocer a todos sus protagonistas, la mayor parte de ellos provenientes de la cultura pop y del mundo meme, sino también para responder a las grandes preguntas: ¿por qué aparecen juntos en una misma obra? ¿Hay algún significado oculto? ¿O está jugando conmigo? ¿Y por qué no puedo apartar la vista de ellos? ¿Cómo puede ser tan armónico un conjunto tan loco? ¿Por qué me siento representado de forma tan colorida y nostálgica? Intentemos dar respuesta a todas estas preguntas charlando con Daniel Keogh.
Te has formado de manera totalmente autodidacta en Australia… ¿Significa eso que no hay una comunidad artística de la que te sientas parte?
La verdad es que nunca me he sentido parte de ninguna comunidad. Todas las comunicaciones que mantengo con otros artistas suelen tener lugar en internet. Así que supongo que a veces es un poco extraño navegar a través de un mundo en el que no tienes compañeros.
Tus consejeros escolares te advirtieron que te olvidaras del arte y consideraras opciones más realistas para tu futuro. ¿Cómo hiciste para superar una opinión tan negativa?
Seguí trabajando con ahínco. Seguiría trabajando mi arte incluso aunque nadie lo viera. De alguna forma, los consejeros tenían razón: no es un mundo del que sea sencillo formar parte y hay un elemento de riesgo en todo esfuerzo creativo. Pero, en verdad, nunca sentí que tuviera otra alternativa que no fuera esta.
¿Cómo es tu proceso de trabajo habitual?
Todo el dibujo inicial lo hago a mano y sobre papel. Después lo escaneo y lo paso a Photoshopp para añadirle colores. Normalmente, una pieza suele llevarme tres días.
La cultura pop y los dibujos animados son una parte muy importante de tu arte. ¿Tienes que investigar al respecto o es la cultura con la que te has criado?
En el 90% de las ocasiones, las referencias son muy familiares para mí, ya sea porque me tragué muchísima televisión cuando era un niño o porque me paso muchas horas online.
¿Y por qué crees que la gente reacciona tan bien ante el arte basado en la cultura pop?
Por pura nostalgia. Cuando la gente ve algo que admiran reutilizado o apropiado, suelen adorarlo u odiarlo. Y ambas reacciones son igual de válidas.
Lo mismo aplica a los memes… ¿Son los memes la nueva cultura pop?
Esto ocurre porque estamos realmente inundados por memes. Se reciclan rapidísimo, así que la rotación impide que muchos sean vistos o que adquieran relevancia histórica. Pero, definitivamente, son una parte importante del lenguaje de internet. Y yo los adoro.
Normalmente mencionas MAD Magazine como una gran influencia. ¿Cómo te inspira esta mítica revista?
MAD Magazine parodiaba y se cachondeaba de las celebridades y de la cultura pop de una forma que yo nunca había visto hasta ese momento. Al ser tan joven, me sentía inmediatamente cautivado por las tiras cómicas y por los diferentes estilos artísticos.
¿Hay algún mensaje oculto en tus obras o prefieres que la gente busque su propio significado?
Claro que hay un significado en todas y cada una de mis obras, pero prefiero no tener que explicárselo a la gente. Una vez empiezas a deconstruirlas y a analizar mi trabajo, empieza a perder magia y descarta otras posibles interpretaciones.
¿Cuál ha sido entonces la interpretación más loca que alguien ha hecho de alguna de tus obras?
Siempre que incluyo algún tipo de iconografía religiosa, la gente tiende a diseccionarla de forma verdaderamente extraña. A menudo asumen que estoy tomando una postura fuerte, ya sea hacia un lado u otro.
Actualmente, estamos acostumbrados a leer una imagen en escasos segundos antes de seguir haciendo scroll down hacia la siguiente imagen. Y esto es algo que no se puede hacer con tus obras, porque necesitan mucho tiempo para ser asimiladas… ¿Es esta tu intención?
¡Claro! Desde que empecé a dibujar, la gente me decía que menos es más. Pero yo he acabado abrazando un estilo en el que más es más. Más contenido parece que garantiza más atención. Y, además, personalmente siempre me he sentido atraído hacia trabajos con una alta densidad de detalles.
¿Has empezado a trabajar ya con marcas comerciales?
No con ninguna que esté autorizado a mencionar… Pero lo cierto es que quiero trabajar con cualquier marca que aprecie mi arte y mi visión. Definitivamente, mi sueño es ilustrar revistas como The New Yorker.
¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Estoy muy ilusionado con seguir elevando mi perfil en este nuevo año. Todavía estoy aprendiendo cómo hacerlo mientras intento aclararme con los encargo. ¡La verdad es que no sé si tengo permiso para hablar de algunos de los trabajos en los que estoy metido ahora mismo!